Bloomberg Línea — Moody’s Ratings ha mejorado la calificación crediticia del Gobierno de Nicaragua en moneda local y extranjera a largo plazo de B3 a B2 con perspectiva estable.
La mejora refleja la opinión de Moody’s de que el perfil crediticio del país se ha fortalecido estructuralmente debido a la acumulación de importantes reservas fiscales y externas por encima de las expectativas previas, “como resultado de los esfuerzos concertados de las autoridades para mitigar los desafíos de las sanciones internacionales”, dijo la agencia de calificación de riesgo en un comunicado.
Moody’s explica que la calificación B2 tiene en cuenta la debilidad de las instituciones y la alta susceptibilidad a eventos de riesgo, en particular al riesgo político.
“Una debilidad particular del perfil institucional de Nicaragua tiene que ver con el Estado de Derecho y el control de la corrupción, donde se ubica entre los más bajos de soberanos calificados por Moody’s”.
Otros factores que pesan son la falta de un sistema creíble de controles y equilibrios que fomente el debate político y la rendición de cuentas, y una percepción disminuida de que las instituciones del país defienden el respeto a los contratos y la propiedad privada y otorgan seguridad a las inversiones.
La perspectiva estable refleja la opinión de Moody’s de que los riesgos al alza y a la baja para el perfil crediticio de Nicaragua permanecen equilibrados.
Si bien la agencia calificadora destaca la formulación de políticas fiscales prudentes que han llevado a la acumulación de reservas considerables y al cambio estructural hacia finanzas externas y públicas más sólidas, las tensiones políticas internas y externas aumentan el riesgo de que se impongan sanciones más severas al país que podrían poner en peligro los flujos comerciales y financieros y provocar shocks económicos que reducirían las reservas existentes.
Perspectivas económicas de Nicaragua
Tras la recuperación posterior a la pandemia en 2021, cuando el PIB real repuntó un 10,3%, la economía ha seguido creciendo en un rango de 3,5%-4%, superior a las estimaciones iniciales de Moody’s de 2%-3%, respaldada por un aumento sustancial de las remesas que se han más que duplicado desde 2021.
El crecimiento de las remesas familiares se desaceleró hasta un todavía alto 45% a finales de 2023 desde un máximo del 62%, y el nivel de las remesas alcanzó el 27% del PIB desde menos del 13% en 2018.
Las entradas de divisas procedentes de las remesas han hecho que la cuenta corriente vuelva a alcanzar un superávit, mientras que las entradas sostenidas de inversión extranjera directa (IED) han contribuido a una rápida acumulación de reservas internacionales brutas por encima de las proyecciones anteriores de Moody’s, de modo que es probable que el colchón de reservas externas alcanzar el 30% del PIB para fines de 2024.
El colchón de reservas internacionales, combinado con el colchón de reservas fiscales, ayuda a mitigar los riesgos de posibles shocks y, al mismo tiempo, otorga a las autoridades un alto nivel de flexibilidad en materia de políticas.
El gobierno nicaragüense ha continuado sus esfuerzos para diversificar los vínculos comerciales internacionales mediante la firma e implementación de múltiples acuerdos de libre comercio (TLC), incluido un tratado comercial reciente con China que entró en vigor en enero de 2024.
Cerca de la mitad de las exportaciones de Nicaragua se envían actualmente a Estados Unidos y alrededor del 25% a Centroamérica, Panamá y República Dominicana, todos cubiertos por TLC firmados en 2004.
Para el año 2024, el Banco Central de Nicaragua (BCN) estableció un rango de proyección del crecimiento de la actividad económica de 3,5% y 4,5%, con la expectativa que se mantenga la dinámica positiva de 2023.
En materia de inflación, el BCN estableció un rango de proyección de 3,0% y 4,0% en un contexto de reducción de la inflación internacional, un marco de políticas monetaria y fiscal adecuado y el apoyo de la política cambiaria con el establecimiento de la tasa de deslizamiento cambiario de 0% para 2024.