Bloomberg — China pidió a Estados Unidos que deje de “reprimir injustificadamente” a TikTok, en un momento en que la aplicación utilizada por 170 millones de estadounidenses se sitúa en el centro de las persistentes tensiones entre las superpotencias.
“Estados Unidos debe respetar la economía de mercado y el principio de competencia leal”, declaró He Yadong, portavoz del Ministerio de Comercio, en una rueda de prensa celebrada el jueves en Pekín. “China tomará todas las medidas para defender resueltamente sus legítimos derechos e intereses”.
En una sesión informativa aparte celebrada en Pekín, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, afirmó que EE.UU. no ha demostrado que TikTok sea una amenaza para la seguridad nacional.
“La gestión del incidente por parte de EE.UU. permitirá al mundo ver con mayor claridad si las denominadas normas y orden de EE.UU. son en beneficio del mundo o solo sirven al propio EE.UU.”, añadió Wang.
El miércoles, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley para prohibir TikTok en Estados Unidos a menos que su propietario chino venda el servicio de intercambio de videos, lo que supone el desafío más serio hasta la fecha a una aplicación que los críticos califican de amenaza para la seguridad nacional.
Si se convierte en ley, el proyecto forzará un nuevo enfrentamiento con China, cuyos dirigentes se mostraron contrarios a la venta cuando el presidente Joe Biden presionó a ByteDance Ltd., propietaria de TikTok, para que la vendiera. Biden ha dicho que firmará la ley si se aprueba. El proyecto de ley pasa ahora al Senado estadounidense.
Las relaciones entre China y EE.UU. se han estabilizado desde que Biden se reunió con el líder chino Xi Jinping en California en noviembre, reparando una relación que se deterioró durante gran parte de 2023.
El Ministerio de Comercio chino también arremetió contra Estados Unidos después de que Biden se comprometiera a estudiar una petición de un grupo de sindicatos que solicitaban a su Administración que revisara las subvenciones de Pekín a los astilleros.
Las acusaciones son infundadas, dijo He, y Washington no debería culpar a Pekín de los problemas de su industria naval.
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