Bloomberg Línea — América Latina sufrirá un proceso de desaceleración económica en 2024, de acuerdo con el nuevo informe publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En este, se reitera que el PIB regional caerá a un 1,6% al cierre de este año, mismo dato que se proyectó en diciembre anterior, después de crecer 2,1% en 2023.
Con estos resultados, la región superó las estimaciones iniciales para 2023, que apuntaban a un crecimiento de 1,0%. Sin embargo, el regreso a un crecimiento del 2% anual no se daría sino hasta 2025.
“Las expectativas de crecimiento para 2024 se ven influidas por varios factores, como un menor crecimiento mundial, elevadas tasas de interés, precios estables de las materias primas, consolidación fiscal gradual y niveles de deuda relativamente elevados”, según el informe ‘¿Listos para despegar? Aprovechar la estabilidad macroeconómica para el crecimiento’.
Sobre este escenario, el BID señala que factores que representan riesgos considerables para lograr esa cifra de crecimiento proyectada, entre ellos, si el crecimiento de Estados Unidos se da por debajo de las expectativas (1,3% en 2024). Así mismo, presiones inflacionarias persistentes en este país que lleven a la Reserva Federal a mantener sus tasas por más tiempo.
Estos shocks económicos en EE.UU. provocarían “una recesión en América Latina y el Caribe a partir del primer trimestre de 2025, que se extendería a lo largo del tercer trimestre del mismo año, llegando a un mínimo de -0,4% en el segundo trimestre”. “La región volvería a tasas de crecimiento positivas a finales de 2025″, precisó el banco de desarrollo.
¿Qué le pasa a la productividad de América Latina?
El organismo multilateral señala que la búsqueda de un crecimiento económico “robusto” en una de las prioridades para los responsables de política pública en América Latina.
Sin embargo, uno de los principales retos es la productividad. Mientras que esta creció sostenidamente en economías avanzadas y Asia Emergente (1,43% y 2,31%, respectivamente), se mantuvo estancada en la región y creció solo un 0,06%, en un análisis de un período prolongado entre 1960 y 2019. Es decir, en seis décadas la productividad de LatAm ha tenido un “crecimiento casi nulo”.
“Si bien los países de América Latina y el Caribe están preparados para contribuir a la demanda mundial en sectores críticos como seguridad alimentaria, energías renovables y cambio climático, necesitan avanzar en las reformas para aumentar la productividad, mejorar la resiliencia económica y promover el crecimiento sostenible”, dijo Eric Parrado, economista jefe y gerente general del Departamento de Investigación del BID.
Y es que para el BID, se necesitan reformas que mejoren la educación de calidad, fomentar la formalización y el crecimiento de las pequeñas empresas, facilitar el acceso a los mercados mundiales a todas las empresas, aprovechar la reorganización y los cambios en las cadenas de valor a nivel global para atraer flujos de Inversión Extranjera Directa y promover un mercado crediticio más competitivo para el sector corporativo.
Las nuevas estrategias que pondrá en marcha el Grupo BID
Tras realizar las Asambleas de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de BID Invest en los últimos días en Punta Cana, República Dominicana, los gobernadores aprobaron tres cambios para aumentar el impacto y la escala de trabajo del banco de desarrollo.
Las tres estrategias son las siguientes, y el Grupo las definió como históricas:
- La nueva Estrategia Institucional que se fija cada siete años y es la guía de trabajo del BID en adelante.
- Un aumento de capital de US$3.500 millones que apoyará un nuevo modelo de negocio para BID Invest, el brazo del Grupo dedicado al sector privado.
- Se aprobaron US$400 millones adicionales de recursos y un modelo de negocio más escalable, catalizador y sostenible para BID Lab, el brazo de innovación y emprendimiento del Grupo.
En estimaciones del BID, estas reformas y la capitalización a BID Lab, permitirán elevar la capacidad de préstamos del banco a países de América Latina en, por lo menos, US$112.000 millones en la próxima década.
“Nuestra región afronta un triple desafío estructural de crecientes demandas sociales, escasos recursos fiscales y bajo crecimiento, con los importantes efectos adicionales del cambio climático. Pero, al mismo tiempo, se presenta una gran oportunidad para que la región se convierta en parte de la solución a los desafíos globales compartidos”, dijo el presidente del BID, Ilan Golfajn. “Este podría un punto de inflexión, no sólo para el Grupo BID, sino también para toda la región”, puntualizó.