Bloomberg — Los inversores se desanimaron frente a los activos brasileños después de que la petrolera estatal Petroleo Brasileiro SA (PETR4) pagara un dividendo menor de lo esperado, reavivando los temores de riesgo político en el país latinoamericano.
El real brasileño se debilitó hasta un 1,1% el viernes, liderando las pérdidas entre las principales monedas del mundo, mientras que las tasas de swap a vencer en enero de 2031 subieron 12 puntos básicos. El índice bursátil Ibovespa de referencia cayó lo más desde septiembre, arrastrado por Petrobras, que solo representa el 13% del peso del índice.
Los analistas de Bank of America Corp. (BAC) y Banco Santander SA (SAN) se apresuraron a eliminar su calificación de compra equivalente para Petrobras, cuyo director ejecutivo había señalado una mayor cautela hacia la remuneración de los accionistas debido al enfoque de la empresa en convertirse en una potencia en energía renovable.
El directorio de la compañía aprobó un dividendo de 1,10 reales por acción, o 14.200 millones de reales (US$2.900 millones), para el cuarto trimestre, por debajo del promedio de las cuatro estimaciones revisadas por Bloomberg. También se abstuvieron de distribuir dividendos extraordinarios.
“Las señales empeoran”, dijo Malcolm Dorson, gestor de cartera senior y jefe de estrategia de mercados emergentes de la compañía Global X en Nueva York. “Brasil tiene una cantidad significativa de oportunidades por delante, pero el índice bursátil se basa en Petrobras y Vale, ambas con un riesgo político impredecible”.
El anuncio del dividendo representa un revés para los inversores brasileños después de un período prolongado de relativamente poco ruido político en el país, donde el real era considerado como un destino atractivo para los traders de carry.
Los inversores también están monitoreando la carrera de sucesión del CEO de la minera Vale SA para obtener pistas sobre si la administración del presidente Luiz Inacio Lula da Silva podría tener éxito en impulsar a un candidato con fuertes vínculos con el gobierno.
Lea más en Bloomberg.com