Bloomberg — El mes de febrero se convirtió en el noveno mes seguido más caliente jamás registrado, de acuerdo con un informe de la agencia europea de observación de la Tierra Copernicus.
Desde el pasado mes de junio, se ha registrado en todos los meses un nuevo máximo de la temperatura promedio global en esa época del año. La temperatura en febrero fue 1,77°C más alta que la media comparable estimada para el periodo preindustrial.
Por otro lado, las mediciones de la superficie del océano muestran que en el mes de febrero se batió un récord histórico de calor.
“El clima obedece a las verdaderas concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera”, afirmó Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático Copernicus, administrado por encargo de la Comisión Europea. “A no ser que logremos su estabilización, nos encontraremos inevitablemente con nuevos récords globales de temperatura y sus respectivas consecuencias”.
Durante los últimos 12 meses, las temperaturas globales fueron las más altas jamás documentadas, 1,56°C por encima del promedio preindustrial. El año pasado, las emisiones mundiales de dióxido de carbono relacionadas con la energía aumentaron un 1,1% hasta alcanzar un nuevo máximo, según la Agencia Internacional de Energía.
Los científicos también han expresado su preocupación por el aumento del calor en el océano. La temperatura media mundial de la superficie del mar en febrero fue la más alta de cualquier mes registrado. La media diaria alcanzó los 21,09°C a finales de mes, según Copernicus.
El Niño, que ha contribuido al aumento de las temperaturas oceánicas, continuó debilitándose en el Pacífico ecuatorial, pero las temperaturas del aire marino en general se mantuvieron “en un nivel inusualmente alto”, según el informe.
Friederike Otto, profesora titular del Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente del Imperial College de Londres, dijo que el planeta se está calentando a un ritmo peligroso.
“No existe una solución milagrosa ni mágica para el cambio climático”, afirmó. “Sabemos qué hacer: dejar de quemar combustibles fósiles y reemplazarlos con fuentes de energía más sostenibles y renovables. Hasta que lo hagamos, los fenómenos meteorológicos extremos intensificados por el cambio climático seguirán destruyendo vidas y medios de subsistencia”.
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