Bloomberg — El despido de la directora general de American Electric Power Co. tras menos de 14 meses pone de manifiesto una realidad demográfica del mundo empresarial: las mujeres que ocupan altos cargos duran menos que sus homólogos masculinos.
Julie Sloat, que se convirtió en CEO en enero de 2023, será sustituida temporalmente por Ben Fowke, miembro del consejo de administración de AEP, mientras la empresa busca un nuevo líder. Su marcha se produce pocas semanas después de que el inversor multimillonario Carl Icahn se hiciera con dos puestos en el consejo.
La destitución de Sloat pone de relieve que, aunque las empresas se esfuerzan por impulsar iniciativas de diversidad e inclusión, las mujeres CEO siguen siendo relativamente escasas y pasan menos tiempo al frente que los hombres. Una posible razón de esta discrepancia: las investigaciones han demostrado que es más probable que los inversores activistas apunten a empresas dirigidas por hombres.
Las mujeres CEO abandonan el cargo tras una media de 6,3 años, frente a los 8,8 años de los hombres, según datos recopilados por el proveedor de estudios exechange.com. Las cifras reflejan las salidas de los CEO de las empresas del índice Russell 3000 durante aproximadamente los últimos siete años. Según Daniel Schauber, fundador de exechange.com, los datos también indican que las mujeres CEO tienen más probabilidades de verse obligadas a dimitir que sus homólogos masculinos.
Una portavoz de AEP declinó hacer comentarios. Los representantes de Icahn no respondieron a un correo electrónico en busca de comentarios.
El despido de Sloat deja solo un 8% de las empresas del S&P 500 con mujeres al frente. Con su marcha, el número de mujeres CEO en esas empresas desciende a 41, ligeramente por debajo del récord de 42 que se estableció por primera vez el año pasado. De las 17 empresas eléctricas del S&P 500, sólo tres están dirigidas por mujeres, según los datos recopilados por Bloomberg: Duke Energy Corp., PG&E Corp. y Alliant Energy Corp.
Las investigaciones indican que los inversores activistas son más propensos a presionar para que se produzcan cambios en las empresas dirigidas por mujeres, y que es más probable que esas mujeres accedan a sus demandas, afirmó Kristina Rennekamp, profesora de contabilidad de la SC Johnson School of Business de la Universidad de Cornell. La investigación, realizada el año pasado, también sugiere que las activistas experimentadas son conscientes de esta tendencia.
“Todo parece indicar que las mujeres, sobre todo las que ocupan puestos directivos, saben que van a sufrir reacciones negativas si se las percibe como menos cooperativas”, afirma Rennekamp.
Aunque los analistas afirman que Sloat no ha cometido grandes errores, su breve mandato se ha visto empañado por una serie de derrotas regulatorias de AEP: los reguladores federales rechazaron la venta de 1.500 millones de dólares de sus operaciones en Kentucky y los reguladores de Texas bloquearon su plan de invertir 2.200 millones de dólares en activos de energía verde.
Fowke, CEO interino de AEP, dijo en la llamada de ganancias de la compañía el martes que el movimiento para reemplazar a Sloat fue “una decisión de toda la junta”. Dijo que la empresa había iniciado una búsqueda externa de candidatos y que busca a alguien con capacidad para lograr el éxito regulatorio.
“Lo ideal sería contar con un ejecutivo experimentado en el sector de los servicios públicos”, dijo Fowke.
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