Bloomberg Línea — La reciente estafa de US$25 millones por parte de criminales que utilizaron la técnica deepfake con el uso de Inteligencia Artificial (IA) para engañar a un empleado de una empresa de Hong Kong en una videoconferencia y obtener la transferencia ha evidenciado los riesgos del fraude virtual.
Se estima que el fraude cibernético cuesta a las empresas de América Latina unos US$130.000 millones al año, según cálculos de McKinsey. Casi una de cada tres empresas brasileñas ha sufrido pérdidas equivalentes a más del 10% de su Ebitda (una métrica del flujo de caja operativo).
El caso de Hong Kong no es aislado, según los expertos. Los fraudes e intentos de estafa están presentes en diferentes sectores y ocurren a lo largo de todo el año para las empresas brasileñas, según un estudio realizado recientemente por idwall, empresa de tecnología especializada en identificación digital, y publicado por Bloomberg Línea.
“El mercado ha evolucionado en los últimos años. Gran parte de la tecnología se desarrolló a partir de la necesidad de verificar la identidad en el momento del registro, que es muy sensible para evitar la exposición al fraude. Y ahora se ha trasladado a otros momentos, como la validación de una transferencia”, dijo Vitor Sabio, CFO de idwall, en una entrevista con Bloomberg Línea.
“El estudio muestra que no hay estacionalidad, lo que significa que los documentos están siendo defraudados todo el tiempo y además hay intentos de estafa”, dijo el directivo y empresario. Cuando se analizan los casos ocurridos a lo largo de 2023, por ejemplo, las tasas del primer y segundo semestre del año estaban prácticamente empatadas, ambas en el 1,3% de todas las comprobaciones de documentos.
Pero hay momentos en los que los intentos de fraude son más recurrentes, según el estudio “Fraud Report”, que ha tenido en cuenta los datos de mercado recogidos por idwall en 2023.
La frecuencia aumenta especialmente a partir de las 18:00 de los viernes y se prolonga durante el fin de semana hasta la madrugada del lunes. Las dos ventanas de horarios en las que los fraudes son más frecuentes son, respectivamente, la madrugada del sábado (0:00 a 5:59) y la noche del viernes (18:00 a 23:59).
Las empresas del sector financiero, como es comprensible dado el volumen de fondos en juego, son los objetivos más comunes del fraude en términos proporcionales, según el estudio. Le siguen el transporte, la fantasía (como las apuestas), la sanidad y el comercio minorista (comercio electrónico).
El estudio tiene en cuenta datos sobre la alteración de documentos existentes, el robo de documentos con fines fraudulentos y la creación de identidades falsas – el caso del uso de deepfakes.
El estudio constata que el documento de identidad (RG) es el más defraudado por los criminales en Brasil: más del 60% de las veces, en intentos de alterar la foto, la perforación y la tipografía. Esta preferencia se produce en un contexto en el que existen 353 modelos diferentes de documentos de identidad en Brasil, dado que se trata de un documento estatal en el que coexisten diferentes versiones, lo que dificulta la comprobación de los sistemas de seguridad.
Otra conclusión del estudio es que los documentos emitidos en la región norte de Brasil son los más buscados por los defraudadores, con una tasa hasta un 50% superior a los de la región sudeste, por ejemplo, aunque, en términos absolutos, sea la región con mayor volumen de ocurrencias.
Según el estudio, el 70% de los fraudes detenidos se clasifican como de baja complejidad, lo que significa que hay bastantes pruebas de alteraciones en los documentos, y muchas son comunes de encontrar. Por otro lado, solo el 2% de los intentos de estafa son de alta complejidad, en los que solo hay una prueba de alteración y suelen implicar una mayor sofisticación.
idwall, fundada en 2016 por los emprendedores Lincoln Ando y Raphael Melo, desarrolla soluciones tecnológicas para la identificación digital: desde una plataforma integrada de validación de documentos mediante biometría, por ejemplo, hasta protocolos de redundancia y seguridad. Cuenta con unos 430 clientes (empresas), entre los que se encuentran, por ejemplo, dos de los tres mayores bancos brasileños.
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