Elon Musk demanda a OpenAI y Sam Altman: les acusa de violar la misión de la compañía

El caso supone una escalada en uno de los enfrentamientos más sonados en el emergente campo de la IA, enfrentando a dos de sus protagonistas más destacados

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Bloomberg — Elon Musk demandó a OpenAI y a su CEO, Sam Altman, alegando que violaron la misión fundacional de la startup de inteligencia artificial al anteponer las ganancias sobre la humanidad.

El multimillonario de 52 años, que fue cofundador de OpenAI pero ya no posee ninguna participación, dijo en una demanda presentada a última hora del jueves en San Francisco que la estrecha relación de la empresa con Microsoft Corp. (MSFT) ha socavado su misión original de crear tecnología de código abierto que no estuviera sujeta a las prioridades corporativas.

Musk, que también es CEO de Tesla Inc. (TSLA), ha sido uno de los que más ha denunciado los peligros de la IA y la inteligencia artificial general. La publicación de ChatGPT de OpenAI hace más de un año popularizó los avances en tecnología de IA y suscitó preocupación por los riesgos que rodean la carrera por desarrollar la AGI, en la que los ordenadores son tan inteligentes como un humano medio.

A día de hoy, el sitio web de OpenAI Inc. sigue afirmando que su objetivo es garantizar que la inteligencia artificial “beneficie a toda la humanidad”, dice la demanda. “En realidad, sin embargo, OpenAI Inc. se ha transformado en una filial de facto de código cerrado de la mayor empresa tecnológica del mundo: Microsoft”.

Los portavoces de OpenAI y Musk no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.

Musk, la persona más rica del mundo, ayudó a fundar OpenAI en 2015, pero se apartó de la empresa unos dos años después por diferencias filosóficas sobre cómo sacar provecho de la tecnología. Además de dirigir Tesla, es propietario de la red social X y está recaudando dinero para una empresa de IA que fundó llamada xAI que cuenta con su propio chatbot tipo ChatGPT, Grok.

En la demanda, Musk apuntaba a la reestructuración de la dirección de OpenAI el año pasado, un periodo tumultuoso durante el cual Altman fue destituido como CEO y rápidamente restituido con el apoyo de Microsoft.

Musk argumentó en la demanda que Altman, el presidente de OpenAI, Greg Brockman, y Microsoft trabajaron juntos para expulsar a la mayoría del consejo de la startup, que había sido responsable de hacer cumplir su misión original de desarrollar tecnología en beneficio de la humanidad.

Desde que presentó ChatGPT y GPT-4, el gran modelo lingüístico que impulsa el chatbot, OpenAI ha desencadenado una oleada de adopción de IA en empresas de todo el mundo. Microsoft ha sido uno de los más agresivos a la hora de incorporar la tecnología a su amplia gama de servicios en la nube y empresariales.

“Altman eligió a dedo un nuevo consejo que carece de conocimientos técnicos similares o de cualquier experiencia sustancial en la gobernanza de la IA, que el consejo anterior tenía por diseño”, dice la demanda. “El nuevo consejo estaba formado por miembros con más experiencia en empresas con ánimo de lucro o en política que en ética y gobernanza de la IA. Al parecer, también eran ‘grandes admiradores de Altman’”.

El caso supone una escalada en uno de los enfrentamientos más sonados en el emergente campo de la IA, enfrentando a dos de sus protagonistas más destacados. El pleito tendrá implicaciones no solo para OpenAI, que busca recaudar fondos con una valoración de 100.000 millones de dólares o más, sino también para Microsoft. Las acciones de la firma con sede en Seattle se han disparado un 68% en el último año, convirtiéndola en la empresa más valiosa del mundo, en su intento de convertirse en líder en la adopción de la IA.

“Con esta reestructuración, OpenAI Inc. abandonó su misión sin ánimo de lucro de desarrollar AGI para el beneficio de la humanidad en general, manteniéndola así fuera del alcance de una gran corporación con ánimo de lucro en la que se concentraría indebidamente un vasto poder”, decía la demanda.

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