Bloomberg — Alexey Navalny, el líder de la oposición rusa que murió en prisión a principios de este mes, será enterrado el viernes en Moscú, dijeron sus aliados, después de acusar previamente a las autoridades de tratar de interferir en el funeral del activista.
Navalny será enterrado en el cementerio Borisov de la ciudad tras un servicio fúnebre en una iglesia del distrito de Marino, en el sureste de Moscú, dijo el miércoles su portavoz, Kira Yarmysh, en un mensaje en las redes sociales en el que pedía a los seguidores del político que asistieran.
El funeral tendrá lugar un día después de que el presidente Vladimir Putin pronuncie su discurso anual ante la Asamblea Federal de Rusia. Incluso en medio de una represión sin precedentes de la disidencia por parte del Kremlin, es probable que la magnitud de la participación sea un indicador de la fuerza de la oposición a su gobierno a pocas semanas de las elecciones del 17 de marzo que le otorgarán otros seis años en el poder.
“Aún no estoy segura de si será pacífica o si la policía detendrá a quienes han venido a despedirse de mi marido”, declaró la viuda de Navalny, Yulia Navalnaya, en un discurso pronunciado el miércoles ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia).
Cientos de personas han sido detenidas tras depositar flores en memoria de Navalny en Moscú y otras ciudades desde que murió el 16 de febrero en un remoto campo de prisioneros del Ártico. Yarmysh dijo el martes que los aliados de Navalny intentaron sin éxito organizar una despedida para él en Moscú, pero nadie había estado dispuesto a alquilarles una sala.
“Algunos dicen que el local está completo. Algunos se niegan cuando mencionamos el apellido ‘Navalny’”, dijo. “En un lugar nos dijeron que las agencias funerarias tenían prohibido trabajar con nosotros”.
El sábado, los funcionarios entregaron el cuerpo de Navalny a su madre, Lyudmila Navalnaya, tras retenerlo durante más de una semana. Ella les acusó de intentar presionarla para que aceptara un entierro secreto para el crítico más formidable de Putin, mientras el presidente estadounidense Joe Biden y líderes europeos culpaban al gobernante ruso de la muerte de Navalny.
Antes de su muerte, se estaban llevando a cabo conversaciones que podrían haber supuesto la liberación del disidente ruso en un intercambio de prisioneros con Estados Unidos y Alemania, según declaró un funcionario occidental.
Funcionarios penitenciarios dijeron que Navalny, de 47 años, murió tras caer enfermo en el campo penitenciario de máxima seguridad donde cumplía condena de 19 años por cargos de extremismo.
Navalnaya ha acusado a Putin de asesinato y ha prometido continuar su lucha contra el Kremlin. Se ha reunido con Biden y con altos funcionarios de la Unión Europea y está presionando para que se tomen medidas para perseguir a los activos del círculo íntimo de Putin.
La muerte de Navalny “ha demostrado a todo el mundo que Putin es capaz de cualquier cosa y que no se puede negociar con él”, dijo en Estrasburgo. “No se trata de un político, sino de un monstruo sangriento. Putin es el líder de una banda organizada y criminal”.
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