Bloomberg — Una sucesión de conflictos y crisis han transformado una reunión de ministros de relaciones exteriores del Grupo de los 20, normalmente tranquila, en un asunto de gran relevancia.
Los principales diplomáticos del mundo se reunirán este miércoles y jueves en Río de Janeiro; se trata de la primera vez que se congregan desde que el ataque del 7 de octubre de Hamás contra Israel provocara un verdadero conflicto en la Franja de Gaza.
La cumbre también reunirá al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y al ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, justo cuando la guerra en Ucrania cumple su segundo año, y también mientras la administración Biden prepara “importantes” sanciones adicionales por la muerte del líder de la oposición, Alexei Navalny, en una prisión de máxima seguridad.
Brasil, que ocupa la presidencia rotatoria del grupo, elevó aún más la temperatura esta semana, cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva comparó las acciones de Israel en Gaza con el Holocausto, lo que dio inicio a una nueva crisis diplomática que también ayudó a exponer las divisiones globales que han provocado los conflictos.
Como resultado, la reunión de Río se ha convertido en una importante prueba de la capacidad del G-20 para ser un eficaz foro global, y de si el grupo aún puede encontrar consenso sobre asuntos económicos y ambientales urgentes incluso en medio de sus profundos desacuerdos en política. exterior.
El G-20 se formó hace más de dos décadas para impulsar la cooperación económica y financiera entre las naciones más grandes del mundo. Sin embargo, desde la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, el conflicto ha dominado la agenda global y ha dado nueva forma a los enfoques de la economía, el medio ambiente y la cooperación internacional.
Brasil asumió la presidencia del grupo desesperado por evitar que la guerra eclipsara el resto de sus prioridades, como los esfuerzos de Lula por adoptar importantes medidas climáticas y reformas a instituciones gubernamentales globales como el Fondo Monetario Internacional y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para hacerlos más representantes de las naciones del sur global.
Sin embargo, el surgimiento de otro conflicto importante ha amenazado con paralizar al grupo, y el foro ahora podría verse obligado a evitar por completo los asuntos geopolíticos para mantener en curso las discusiones sobre otros temas, según funcionarios conocidos con el asunto.
“Los desafíos son naturales”, dijo a la prensa el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, en Río, con lo que proyectó confianza sobre la capacidad del grupo para avanzar. “Estas dificultades se abordarán a lo largo del año, en las diferentes reuniones del G20″.
Varias otras crisis se ciernen sobre la reunión, como los esfuerzos en curso para evitar que la disputa de Venezuela con Guyana por la región petrolera del Esequibo se convierta en un conflicto armado. EE.UU. y otras naciones también intentan garantizar elecciones libres y justas en Venezuela, después de que se prohibiera a la candidata de la oposición postularse a la presidencia. Y está previsto que los ministros de asuntos exteriores mantengan conversaciones sobre una posible misión de seguridad en Haití encabezada por Kenia en un intento por estabilizar la nación.
El miércoles, Lula celebró una reunión cara a cara con Blinken en Brasilia, un día después de que EE.UU. vetara otra resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un cese al fuego en Gaza. En su lugar, EE.UU. está impulsando una resolución alternativa que advierte de un ataque israelí a la ciudad de Rafa y pide un cese al fuego temporal.
Brasil ha explorado estrategias para evitar que las guerras frustren el resto de la agenda, incluida la posibilidad de emitir un único comunicado al final de su presidencia en noviembre, en lugar de después de cada reunión ministerial.
Las autoridades brasileñas también argumentan que el complejo panorama global ha hecho que su presidencia del G20 y las reformas que propondrán serán aún más urgentes.
“Una época de grandes crisis exige más reformas”, dijo Mauricio Carvalho Lyrio, secretario de asuntos económicos y financieros del Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil. “Sé que es más difícil, pero al mismo tiempo, la necesidad de avanzar en estos temas significa que tenemos que actuar, porque el deterioro en términos de conflictos geopolíticos es evidente”.
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