(Bloomberg) -- Para las acciones europeas, el año comenzó como gran parte de la década pasada: una lucha por seguir el ritmo de las ganancias de Wall Street. Pero ahora algunos inversores dicen que el patrón familiar está a punto de romperse.
Los estrategas de Goldman Sachs Group Inc. y MFS Investment Management son algunos de los que hablan maravillas de Europa. Después de no contar con el favor de los inversores durante tanto tiempo, las valoraciones de las acciones parecen atractivas en comparación con las de sus homólogas estadounidenses, que marcan el ritmo. Además, no existe la amenaza de que estalle la burbuja tecnológica de los Siete Magníficos.
La encuesta de febrero de Bank of America Corp. mostró que la mayoría de los gestores de fondos europeos consideran infravaloradas las acciones de la región, lo que supone un cambio radical con respecto al mes pasado, cuando la mayoría indicó que estaban demasiado caras. El porcentaje de inversores que pronostican ganancias para el próximo año también ha saltado al 78% desde el 50% en sólo tres meses.
“Europa es sin duda más atractiva”, afirma Robert Almeida, estratega de inversión global de MFS. “Una de las razones por las que las ganancias fueron menores en Europa es porque son más sensibles económicamente. Por eso las acciones no lo hicieron tan bien. Ahora hay menos riesgo de beneficios que en EE.UU. y también menos riesgo de valoración”.
También crece el escepticismo sobre el fuerte repunte de los valores tecnológicos de EE.UU., dada la incertidumbre sobre la senda de recortes de tipos de interés de la Reserva Federal que el sector necesita para seguir alimentando sus ganancias. Por otra parte, aumentan las apuestas a que los beneficios en Europa pueden repuntar con fuerza este año, lo que alienta la confianza en la renta variable de la región.
Sin embargo, las probabilidades siguen estando en contra de Europa. El índice Stoxx Europe 600 ha ganado un 2,6% este año, acercándose a su máximo histórico alcanzado por última vez en enero de 2022. En dólares, ha bajado un 0,2%, por detrás del índice de referencia estadounidense S&P 500, que se encuentra en un máximo histórico. Y un año en el que Europa supere a Wall Street sería un caso atípico: sólo ha ocurrido dos veces en la última década.
Roland Kaloyan, responsable de estrategia de renta variable europea de Societe Generale SA, afirma que hay buenas razones para que los inversores sigan favoreciendo las acciones estadounidenses, tanto por su exposición a la IA como por las expectativas de una economía relativamente más fuerte.
Sin embargo, los partidarios de Europa afirman que esta prolongada época de malos resultados está llegando a su fin. Por un lado, la fe en todo lo relacionado con la tecnología puede ser exagerada, ya que los informes de inflación de EE.UU. de esta semana, más alcistas de lo esperado, han supuesto un revés para el optimismo sobre cuándo comenzará la relajación de la Fed y han puesto de relieve los riesgos en torno al auge del sector impulsado por la IA.
Dhaval Joshi, estratega jefe de BCA Research, afirmó que es “poco realista” esperar que persista el crecimiento estelar de los beneficios de los gigantes tecnológicos tras sus fuertes ganancias del año pasado. Europa es una buena alternativa para los próximos años, ya que “a diferencia de EE.UU. y China, en Europa no hay burbuja”, afirmó Joshi. “Los inversores a largo plazo deberían tener una exposición directa a las acciones europeas”.
Las valoraciones de las acciones y las expectativas de un repunte de la actividad empresarial europea son también importantes motores del optimismo. La relación precio/beneficios a 12 meses vista del Stoxx 600 está cerca de un mínimo histórico en relación con el S&P 500. Y aunque los beneficios europeos van a descender, el valor de las acciones europeas sigue siendo bajo.
Y aunque los beneficios europeos se reducirán más de lo previsto en esta temporada de presentación de informes, Sarah McCarthy, estratega de Sanford C. Bernstein, afirmó que existe un bajo riesgo de que se produzcan recortes significativos en las estimaciones durante el resto de 2024. En general, se espera que los beneficios de las empresas del Stoxx 600 repunten un 4,2% en 2024 tras caer un 3% el año pasado, según datos recopilados por Bloomberg Intelligence.
En Goldman Sachs, la estratega Sharon Bell espera que los sectores vinculados a la economía -como los bienes industriales y la construcción- se beneficien del abaratamiento de la energía y de la mejora de la demanda. También ve unas perspectivas más halagüeñas, a pesar de las valoraciones más elevadas, para las mayores empresas europeas debido a sus atributos relativamente defensivos. Entre ellas se encuentran las denominadas GRANOLAS, como GSK Plc, Roche Holding AG, ASML Holding NV, Nestlé SA, Novartis AG, Novo Nordisk A/S, L’Oreal SA, LVMH, AstraZeneca Plc, SAP SE y Sanofi.
Según Bell, los valores de lujo europeos también están preparados para una recuperación, con la ayuda de la fortaleza de los consumidores estadounidenses. Los sólidos beneficios de LVMH ya han disipado las preocupaciones sobre la ralentización de la demanda en China -un mercado clave para el sector- y han impulsado una subida del 22% en el MSCI Europe Textiles Apparel & Luxury Goods Index desde mediados de enero.
Por último, aunque Europa carece de megaestrellas tecnológicas como Apple Inc. y Nvidia Corp., la región sigue aprovechando el frenesí en torno a la IA a través de empresas como ASML, ASM International NV y BE Semiconductor Industries NV. Las apuestas a que el aumento de las inversiones relacionadas con la IA estimulará la demanda de los fabricantes de equipos de chips ha provocado una subida de más del 50% en estos tres valores desde finales de octubre.
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