Bloomberg — La superficie total del planeta cubierta de arrecifes de coral es mayor de lo que se pensaba, según la evaluación de alta resolución más completa de los corales del mundo realizada hasta la fecha.
Los arrecifes de coral poco profundos cubren unos 348.000 kilómetros cuadrados (o unas 134.000 millas cuadradas) de la superficie del globo, un área mayor que el estado de Nuevo México. Los resultados de la nueva investigación dirigida por la Universidad de Queensland se comparan con estimaciones anteriores que oscilaban entre unos 154.000 y 301.000 kilómetros cuadrados.
“Se trata de la primera descripción exacta de la distribución y composición de los arrecifes de coral del mundo, con una terminología clara y coherente”, declaró en un comunicado Mitchell Lyons, investigador de la Universidad de Queensland (Australia) y autor principal del artículo. “Estos datos permitirán a científicos, conservacionistas y responsables políticos comprender y gestionar mejor los sistemas de arrecifes”.
Los arrecifes de coral albergan aproximadamente una cuarta parte de toda la vida marina del planeta y son esenciales para el sustento de unos mil millones de personas. Sin embargo, estos delicados ecosistemas son extremadamente vulnerables al cambio climático provocado por el hombre, que está provocando un aumento de la temperatura de los océanos y una creciente acidificación de las aguas. Los corales de todo el mundo están siendo diezmados por fenómenos de blanqueamiento masivo y enfermedades infecciosas, que serán cada vez más intensos y frecuentes a medida que se caliente la Tierra.
Según los investigadores, cartografiar con precisión los corales del mundo es un paso necesario para protegerlos. La investigación publicada en Cell Reports Sustainability a principios de esta semana utilizó más de 100 billones de píxeles de imágenes detalladas de satélite procedentes de los satélites Sentinel-2 y de la constelación Dove CubeSat de Planet, junto con conjuntos de datos proporcionados por 480 fuentes distintas. Los datos se utilizaron para entrenar una máquina capaz de clasificar la presencia de arrecifes a distintas profundidades en todo el mundo.
Los científicos cartografiaron un total de 348.361 kilómetros cuadrados de arrecifes de coral hasta unos 15 metros de profundidad. Esa gran extensión incluye superficies duras como el coral y la roca, así como superficies blandas como la arena, los escombros, el fango o las praderas marinas. Sólo una cuarta parte de la superficie total se clasificó como hábitat coralino, donde se encuentra coral duro de alta densidad. Las praderas marinas, que desempeñan un papel importante en los ecosistemas marinos, cubren 67.236 kilómetros cuadrados.
Los científicos se centran ahora en mejorar la capacidad de la herramienta para distinguir entre distintos tipos de especies. Se trata de un paso necesario para evaluar la resistencia de un arrecife al cambio climático y sus repercusiones, según Helen Fox, directora científica de conservación de la Alianza para los Arrecifes de Coral, con sede en EE.UU., y coautora del artículo.
“Es importante preservar la diversidad genética”, dijo Fox. “Cuanta más diversidad tengas, más posibilidades tendrás de que sobrevivan distintas especies”.
Los esfuerzos anteriores por cartografiar los arrecifes de coral a escala mundial se realizaron antes de que los satélites de alta resolución pudieran fotografiar toda la superficie del planeta. Eso significaba que este tipo de mapas sólo estaban disponibles a escala local o regional. El nuevo mapa está a disposición del público a través del Atlas Allen del Coral y el motor Google Earth.
“La cuestión general es si estos productos de datos obtenidos por teledetección pueden ayudarnos a comprender lo que ocurre a pequeña escala, de modo que puedan servir de base para la toma de decisiones a nivel local”, dijo Fox. “Hay ventajas y desventajas, por supuesto, pero podemos añadir esto como otra capa de información en estos procesos de planificación de la conservación”.
Los datos ya se están utilizando para apoyar los esfuerzos de conservación, restaurar los arrecifes de coral e identificar zonas sensibles. Hay proyectos en marcha que utilizan la herramienta en más de una docena de países, como Indonesia, Vanuatu, Belice, Kenia, Australia y Micronesia. El gobierno de Fiyi está utilizando los mapas como fuente de datos para identificar las zonas de coral que necesitan ser rehabilitadas tras el paso de devastadores ciclones.
“Es algo más que un mapa”, dijo Lyons. “Es una herramienta de cambio positivo para los arrecifes y los entornos costeros y marinos en general”.
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