Bloomberg — Tal vez Estados Unidos debería hacer del Super Bowl un feriado nacional.
Bueno, no el partido en sí, sino el día después. A medida que el espectáculo del Super Bowl brilla cada vez más, también lo hacen los informes de gente que no se presenta a trabajar el lunes después de que la NFL corona a su campeón.
El llamado “Lunes del Super Bowl” se considera a menudo como uno de los días menos productivos del calendario. Se prevé que alrededor de 16 millones de personas se ausenten de su trabajo este año después de que los Chiefs de Kansas City vencieran a los 49ers de San Francisco en tiempo extra, según una estimación basada en una encuesta elaborada por el Instituto de Fuerza Laboral de UKG.
“La gente se va a reportar enferma”, dijo Jarik Conrad, presidente del UKG Workforce Institute. “Probablemente no serán muy honestos”.
Entonces, ¿qué hacer con la gripe del Super Bowl?
Una solución propuesta el año pasado en un proyecto de ley por dos legisladores de Tennessee fue que el lunes siguiente al Super Bowl fuera festivo. También se ha especulado con la posibilidad de trasladar el partido una semana más tarde, al fin de semana del festivo del Día del Presidente. Eso significaría que millones de trabajadores tendrían libre el lunes del Super Bowl como día festivo programado.
Dan Patrick, el excomentarista deportivo de ESPN que ahora tiene un popular programa de radio, acaparó recientemente algunos titulares cuando abogó a favor de mover el Super Bowl a un sábado. Los equipos seguirían teniendo casi dos semanas de descanso tras los partidos por el título de sus conferencias, y los aficionados evitarían el malestar de los lunes tras una noche de nachos, alitas y alcohol, dijo.
“¿No sería fantástico tener todo este tiempo?” dijo Patrick a su auditorio. “Ambos equipos descansan mucho. El sábado es el Super Bowl y el domingo puede uno recuperarse”.
Por su parte, el comisionado de la NFL, Roger Goodell, ha dicho que el domingo es el día ideal porque es cuando el partido tendrá más espectadores.
Eso no deja muchas esperanzas a los empresarios. Shauna Bryngelson, consultora del grupo de gestión del lugar de trabajo Mercer, explica que, para evitar problemas, las empresas podrían contratar a más personal del necesario y llamar a los empleados con antelación para confirmar que trabajarán el lunes de Super Bowl.
No obstante, el impacto del Super Bowl en el lugar de trabajo va más allá del ausentismo. Alrededor de 45 millones de personas serán menos productivas el lunes, según estimaciones de los datos de la encuesta del UKG.
Eso representa aproximadamente un tercio de la fuerza laboral de tiempo completo de Estados Unidos.
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