Bloomberg Línea — Los Kansas City Chiefs, con el liderazgo de Patrick Mahomes, se impusieron el domingo en La Vegas (Nevada) en el Super Bowl frente a los San Francisco 49ers, con un marcador de 25-22. Los Kansas City Chiefs alcanzaron su segundo Super Bowl consecutivo y el cuarto en su historia.
Unos 61.200 aficionados asistieron al Allegiant Stadium de Las Vegas para asistir a la final del fútbol americano. Los Kansas City Chiefs se impusieron en el tiempo extra ante el equipo californiano, que no logra coronarse en un Super Bowl desde 1995.
Como es la tradición en el Super Bowl, los vencedores obtienen el trofeo Vince Lombardi, que es la réplica de un balón de fútbol americano en plata esterlina, así como el anillo que los acredita como ganadores de la competición.
El trofeo lleva este nombre en honor al extécnico de los Green Bay Packers (entre 1959 y 1967) y fue adoptado después de su fallecimiento en los 70.
El Trofeo Lombardi, que fabrica Tiffany & Co, se elabora cada año y se entrega de forma permanente al equipo ganador. El trofeo es de 55 centímetros de alto y pesa 3,2 kilogramos.
Los jugadores vencedores del Super Bowl obtienen réplicas del mismo valoradas en unos US$1.500.
A lo largo de la historia, la fabricación del anillo ha estado bajo la responsabilidad de las mayores casas joyeras del mundo, como las estadounidenses Tiffany & Co., Balfour y Jostens.
Este se fabrica principalmente a partir de oro y diamantes, aunque en 2010 se entregó uno engastado en platino.
La aseguradora de joyas Jewelers Mutual explica que la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) destina cerca de US$5.000 por cada anillo que se fabrique. La NFL entrega al equipo vencedor 150 anillos para que estos sean distribuidos entre los diferentes miembros del equipo.
“Depende del propietario del equipo cubrir la diferencia si el anillo cuesta más o si se necesitan anillos adicionales”, indica.
Los precios de reventa se elevan considerablemente y un anillo, según su valor histórico, puede comercializarse hasta en los US$50.000.
El Super Bowl es un negocio millonario más allá de lo deportivo gracias al impulso del mercado publicitario. En esta edición, la LVIII, las marcas llegaron a pagar un costo promedio de US$7 millones por un comercial de televisión de 30 segundos
Del lado de los consumidores, el gasto del reciente Super Bowl en Estados Unidos se estima en torno a los US$17.300 millones.
