Bloomberg — Los inversores chinos y sus prestamistas están colocando carteles de “Se vende” en propiedades de todo el mundo para conseguir liquidez, en medio de una crisis inmobiliaria cada vez más profunda en su país. Los precios que obtengan por sus propiedades ayudarán a hacerse una idea de la magnitud del problema del sector a escala mundial.
Según Barry Sternlicht, presidente de Starwood Capital Group, la ralentización de la economía mundial provocada por la subida de las tasas de interés ya ha mermado el valor de los inmuebles comerciales en más de un billón de dólares. Pero aún se desconoce el daño total porque se han vendido pocos activos, lo que deja a los tasadores con pocos datos recientes. Las transacciones de inmuebles comerciales en todo el mundo alcanzaron el año pasado su nivel más bajo en una década, ya que los propietarios son reacios a vender edificios con grandes descuentos.
Los reguladores y los agentes del mercado temen que este estancamiento pueda estar ocultando enormes pérdidas que aún no se han contabilizado, lo que supondría problemas tanto para los bancos, que aumentaron la financiación durante los años del dinero fácil, como para los propietarios.
Las acciones de New York Community Bancorp alcanzaron el martes su nivel más bajo en 27 años, después de que el banco regional estadounidense recortara dividendos para aumentar las provisiones, en parte debido a las dificultades con las carteras hipotecarias. Al Banco Central Europeo le preocupa que los bancos de la región hayan tardado demasiado en reducir el valor contable de las carteras, y las autoridades financieras británicas revisarán las valoraciones de los activos en los mercados, incluido el inmobiliario.
Un nuevo lote de activos extranjeros adquiridos en una ola de expansión china que dura ya una década está empezando a llegar al mercado, ya que los propietarios y promotores necesitan dinero en efectivo para reforzar las operaciones nacionales y pagar la deuda, incluso si eso significa tener pérdidas en la venta.
Una unidad de China Aoyuan Group, por ejemplo, que está llevando a cabo una reestructuración de su deuda de US$6.000 millones, vendió un terreno en Toronto a finales del año pasado a un 45% del precio de compra de 2021, según el proveedor de datos Altus Group.
“Con vendedores motivados, la congelación del mercado podría deshacerse, mejorando la transparencia y revelando los precios”, dijo Tolu Alamutu, analista de crédito de Bloomberg Intelligence. “Las valoraciones de las carteras podrían caer aún más”.
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