Bloomberg Línea — El 45% de la generación de electricidad en América Latina proviene de las hidroeléctricas, un cifra significativa frente a la media mundial del 16%, de acuerdo con las cifras de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés).
De hecho, la Agencia reconoció que la región ya tiene uno de los sectores eléctricos más limpios del mundo, con un 60% de generación a partir de energías renovables (el doble del promedio mundial), predominando la hidroeléctrica y sumando fuentes como la solar, eólica, hasta el gas no convencional. Esto ubica a la región como un jugador estratégico para la transición global y abre la posibilidad de que LatAm cubra su demanda energética total con fuentes renovables hacia 2030.
Pero fenómenos como El Niño, las sequías y las temperaturas récord, revelan lo vulnerable que se hace la región al depender, justamente, de la energía hidroeléctrica como principal fuente de generación. La reducción en el caudal de los ríos y el nivel de los embalses llevó, por ejemplo, a Ecuador a importar energía de Colombia y Perú a finales de 2023, recurriendo incluso a racionamientos de energía extendidos por semanas.
“Si bien la energía hidroeléctrica es una fuente renovable de vital importancia en América Latina, su posición dominante en la matriz energética regional esconde una serie de riesgos que no pueden ser soslayados. La dependencia excesiva de esta fuente nos coloca en una posición vulnerable ante los caprichos del clima”, precisó Esteban Quintana, CEO de Klik Energy, a Bloomberg Línea.
A los riesgos, que van más allá de factores climáticos, sumó también las repercusiones sociales y ambientales de la construcción de grandes represas hidroeléctricas, la alteración de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad, como ejemplos que ilustran los riesgos y complicaciones de depender en su mayoría de esta fuente de energía.
Diversificar la matriz energética, el reto de LatAm
Si bien un 15% de la generación de energía ya viene de otras fuentes renovables diferentes a las hidroeléctricas, los expertos señalan la necesidad de avanzar en la incorporación de fuentes confiables y que garanticen un sistema estable, evitando que la región se quede sin energía bajo cualquier escenario.
Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay y Venezuela tienen una alta dependencia del sistema hidroeléctrico, aun cuando gobiernos y privados ya han marcado un camino para la inclusión de nueva fuentes.
Jordan Butler, CEO y fundador de la startup chilena CleanLight, dijo a Bloomberg Línea que la vulnerabilidad al clima e impacto ambiental exigen diversificar la matriz energética de América Latina hacia fuentes renovables como la solar, eólica y geotérmica. “Invertir en otras fuentes renovables, implementar medidas de eficiencia energética, fortalecer la infraestructura y desarrollar estrategias de adaptación al cambio climático son medidas esenciales”, indicó.
Bajo su visión, que la región cubra su demanda de energía con fuentes renovables hacia 2023 es una “apuesta arriesgada”, y señala factores que lo hacen creer que ese objetivo está lejos de cumplirse: desde los incentivos a la generación de la industria local, la falta de educación profesional y la falta de innovación.
Pero la dependencia a las hidroeléctricas también contiene otras amenazas: las barreras para poner en marcha los nuevos proyectos que necesita la Latinoamérica.
La necesidad de más energía hidroeléctrica existe; sin embargo, “cada vez se ha hecho más difícil poder llevar a un proyecto hidroeléctrico a su condición ready to build, en especial aquellos con reservorios grandes por dificultades con las licencias ambientales y con las comunidades”, explicó a este medio Roberto Lares Lleras, managing director de Wärtsilä en Colombia.
El papel de incorporar nuevas tecnologías y negocios
En la actualidad, más del 60% de la energía es desperdiciada en el mundo, aun cuando la demanda está en aumento y mientras el 80% de las emisiones de CO2 en el mundo provienen de la industria energética, de acuerdo con cifras brindadas por Schneider Electric.
Es por esta razón que los expertos señalan la necesidad de cambiar la manera en que la sociedad se relaciona con los recursos y hace uso de ellos. La integración tecnología y software en las operaciones asociadas a la generación y suministro de energía es una de las vías.
“Implementando estas herramientas digitales es posible saber cuándo los niveles de los caudales bajan o suben, cuándo puede comprometerse el suministro de energía y con base en esto actuar; es una forma de garantizar la sostenibilidad del apalancamiento en fuentes renovables como las hidroeléctricas garantizando el acceso al recurso, cuidando de la sociedad, del medioambiente y de la economía”, dijo Javier Ortiz, presidente del clúster Andino Norte de Schneider Electric, a Bloomberg Línea.
También aparecen en el panorama otros jugadores, como Klik Energy, que actúa como un marketplace que conecta a empresas con compradores de energía, permitiendo la venta de excedentes, buscando construir una matriz energética más sostenible y reduciendo la dependencia de la generación hidroeléctrica.
“Klik Energy permite a las empresas registrar su capacidad energética disponible. Esta información se integra a una plataforma digital que las conecta en tiempo real con generadores de energía que no pueden generarla, ya sea por no contar con el recurso hídrico por el fenómeno de El Niño o por algún mantenimiento de las centrales”, añadió Esteban Quintana, CEO de la compañía.
Es así como en momentos de alta demanda o baja generación, se identifican las empresas con disponibilidad de energía y se conectan con compradores que la necesitan, optimizando el uso de la energía disponible y evitando la necesidad de recurrir a fuentes más costosas o contaminantes.