Bloomberg — Los frecuentes recortes de precios de Tesla Inc. (TSLA) son un “veneno” para el mercado de automóviles eléctricos usados, que se está resistiendo mejor para los fabricantes que manejan los descuentos a través de concesionarios, según la empresa global de arrendamiento Ayvens.
“Tener un precio de lista que sube y baja es veneno para los valores residuales”, dijo el CEO de la firma de flotas, Tim Albertsen, el jueves. “Es bastante perjudicial para el mercado y, creo que a largo plazo, es perjudicial para Tesla la forma en que lo hacen”.
Tesla pasó gran parte de 2023 recortando precios, incluido un recorte de casi el 30% en el etiquetado del modelo más vendido, el Model Y, en poco más de tres meses. Destinada a estimular la demanda, la práctica ha devastado los valores de los automóviles usados, lo que llevó a las empresas de alquiler Hertz Global Holdings Inc. y Sixt SE a desechar los Teslas de sus flotas, ya que la depreciación es uno de sus mayores riesgos para gestionar.
La práctica del fabricante de automóviles estadounidense de anunciar reducciones a través de su sitio web como parte de su modelo de venta directa al consumidor es un problema particular, dijo el CEO de Avyens, cuya empresa gestiona alrededor de 3.5 millones de vehículos, incluyendo más de medio millón de vehículos eléctricos. Los recortes se reflejan inmediatamente en los valores residuales, dijo Albertsen, lo cual no es el caso de los fabricantes de automóviles que venden a través de redes de concesionarios.
"Tesla es un animal difícil", dijo. La empresa está "muy interesada en seguir trabajando con nosotros y con todos los grandes jugadores del mercado, por lo que están buscando soluciones".
Aunque otros fabricantes de automóviles como Volkswagen AG probablemente hayan ofrecido descuentos en vehículos eléctricos aún más profundos, esto ocurre durante las conversaciones de ventas individuales, dijo Albertsen, lo que hace que los efectos en los automóviles usados sean más manejables.
La caída del valor de los vehículos eléctricos de segunda mano supera a la de los vehículos de combustión. Esto hace que los vehículos eléctricos de segunda mano sean más asequibles, pero perjudica a los primeros en adoptarlos y tiene consecuencias negativas para la industria automovilística, como el encarecimiento de los contratos de alquiler para los consumidores.
Los problemas con los automóviles usados, además de los altos precios de la energía y las primas de seguros, están socavando la suposición de que los vehículos eléctricos serían más baratos de mantener, una afirmación central para estimular la demanda. Con la reducción de los incentivos de compra, las tasas de adopción han comenzado a disminuir.
La transición a la electrificación es "estructural", pero el camino "puede no ser tan lineal como se esperaba inicialmente", dijo Albertsen.
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