El Kremlin persigue a los rusos en el extranjero que critican la guerra de Putin

El Ministerio de Asuntos Exteriores ataca a los famosos y artistas que se manifiestan

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Bloomberg — Rusia está volviendo la vista hacia destacados críticos antibelicistas del presidente Vladimir Putin que han huido al extranjero, tras la represión sin precedentes del Kremlin contra los opositores internos a su invasión de Ucrania.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Moscú ha ordenado a sus diplomáticos que persigan a los artistas y famosos rusos que se manifiesten contra Putin y en apoyo de Ucrania desde los llamados países “amigos” que han evitado tomar partido por la guerra, según dos personas familiarizadas con el asunto.

Los miembros de Bi-2, una banda de rock autoexiliada conocida por su oposición a la guerra, fueron el centro de una disputa diplomática en Tailandia esta semana, tras ser detenidos por infringir las normas de inmigración mientras daban dos conciertos en la isla turística de Phuket.

Moscú intentó que los ciudadanos rusos del grupo de siete miembros fueran deportados al país, lo que suscitó la preocupación de grupos de derechos humanos por el riesgo de que fueran detenidos y procesados. Cinco de los miembros del grupo tenían pasaporte ruso, pero como cuatro de ellos tenían ciudadanía israelí y uno también australiana, las autoridades tailandesas optaron finalmente por enviarlos a todos a Israel tras la intervención del Ministerio de Asuntos Exteriores en Jerusalén.

“Me alegro de que, gracias a un trabajo diplomático inteligente y diligente, hayamos conseguido liberar a los ciudadanos israelíes detenidos en Tailandia, junto con sus compañeros de banda que tienen ciudadanía extranjera”, declaró en un comunicado el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz.

Se calcula que un millón de rusos han abandonado el país desde la invasión de Ucrania por Putin en febrero de 2022, la mayor fuga de cerebros desde el colapso de la Unión Soviética. Entre ellos se encuentran figuras culturales de alto nivel que han expresado su oposición a la guerra y un número cada vez mayor de personas a las que las autoridades rusas han calificado de “agentes extranjeros”, dejándolas expuestas a ser procesadas.

“El mayor temor de las autoridades ahora es que las personas que viven en el extranjero transmitan su mensaje a un público ruso”, declaró Ekaterina Schulmann, politóloga afincada en Berlín que fue declarada “agente extranjera” poco después de que Rusia invadiera Ucrania. “Quieren silenciarlos”.

Los legisladores de Moscú también aprobaron el miércoles una ley que permite confiscar los bienes de las personas que “desacrediten” al ejército ruso criticando la guerra en Ucrania.

“Una mayoría absoluta está a favor de la necesidad de castigar a los traidores que, desde el extranjero, vierten suciedad sobre nuestro país, soldados y oficiales”, declaró el miércoles Viacheslav Volodin, aliado de Putin y presidente de la Cámara Baja del Parlamento.

El gobierno también planea obligar a los ciudadanos rusos que viven en el extranjero a registrarse ante las autoridades consulares para mediados de 2025.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, acusó el sábado a Bi-2 de patrocinar el terrorismo por apoyar públicamente a Ucrania. Un legislador progubernamental, Andrei Lugovoi, declarado por una investigación británica culpable del envenenamiento del espía ruso disidente Alexander Litvinenko en Londres en 2006, fue más allá.

“Que se preparen los chicos: pronto estarán tocando y cantando sobre cucharas y platos de metal, bailando claqué delante de sus compañeros de celda”, dijo en Telegram.

Maxim Galkin, cómico afincado actualmente en Israel, declaró que le habían prohibido entrar en la isla indonesia de Bali para un espectáculo previsto el sábado, a pesar de haber recibido un visado de trabajo dos días antes.

Galkin, cuyos espectáculos en Tailandia fueron cancelados recientemente por los propietarios de los locales, dijo en Instagram que los agentes de pasaportes de Bali le mostraron una carta del gobierno ruso en la que se pedía a Indonesia que le impidiera la entrada en el país.

“Es divertido que el Estado ruso desperdicie en esto el tiempo y el esfuerzo de tanta gente, que podría hacer algo mejor por la patria que la persecución maníaca de artistas disidentes en el extranjero”, afirmó.

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