Bloomberg — Tras el anuncio de su intención de aumentar su participación en Tesla Inc. (TSLA), Elon Musk insiste en que no se trata de dinero, sino de su control sobre la empresa automovilística.
“No quiero controlarla, pero si tengo tan poca influencia en la empresa a estas alturas, podría ser expulsado por alguna empresa asesora de accionistas al azar”, dijo Musk durante una llamada de resultados el miércoles.
El CEO de Tesla criticó a los asesores de voto Glass Lewis e Institutional Shareholder Services (se refirió bromeando a este último como el grupo extremista ISIS) y afirmó que estaban infiltrados por “activistas” con “ideas extrañas”.
Musk posee alrededor del 13% de Tesla y es su mayor y más influyente accionista. A principios de este mes, pidió públicamente al consejo otra gran recompensa en acciones tras su decisión de deshacerse de casi US$40.000 millones en acciones para pagar impuestos y ayudar a financiar su compra de Twitter, la plataforma de medios sociales a la que rebautizó como X.
Muchos inversores alcistas consideran que la enorme valoración de Tesla está justificada por su potencial para convertirse en líder de la inteligencia artificial y la robótica. Musk ha dicho que sin al menos una participación del 25% en la empresa, creará productos de inteligencia artificial y robótica en otros lugares. Dedicó gran parte de la llamada de resultados a hablar de estas nuevas oportunidades en lugar de la ralentización del crecimiento y la reducción de los márgenes de beneficio de su negocio predominante de vehículos eléctricos.
Musk dijo el miércoles que una forma de conseguir que su participación alcance el 25% podría ser crear una doble clase de acciones similar a la de empresas como Meta Platforms Inc (META), propietaria de Facebook. Calificó de “ideal” la estructura de doble clase y dijo que no buscaba “economía adicional”.
En cuanto al nivel del 25%, “no es tanto como para poder controlar la empresa, aunque me vuelva loco”, dijo. “Pero es suficiente para que tenga una fuerte influencia”.
El consejo de Tesla está a la espera de que el Tribunal de Equidad de Delaware se pronuncie sobre un caso presentado por un accionista que alega que los consejeros no actuaron con independencia de Musk cuando elaboraron su premio por rendimiento de US$55.000 millones en 2018.
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