Bloomberg — El Reino de Arabia Saudita tiene previsto establecer su primera tienda de bebidas alcohólicas en las últimas décadas, al tiempo que flexibiliza progresivamente las prohibiciones sociales, si bien únicamente se venderán licores a los diplomáticos.
De acuerdo con funcionarios extranjeros en la capital saudí, informados del tema, el reino pretende abrir el establecimiento en las semanas venideras en la ciudad de Riad, donde se permitirá a los diplomáticos no musulmanes adquirir licores.
Pese a ser un pequeño avance, esta medida subraya lo compleja que es la modernización de Arabia Saudita y los retos que supone para los líderes del reino, presididos por el príncipe heredero Mohammed bin Salman. Este ya ha suavizado algunas restricciones sociales, revirtiendo la prohibición de conducir para las mujeres y permitiéndoles el entretenimiento público, la música y la asociación entre hombres y mujeres.
Las autoridades religiosas, que impusieron un severo código moral, han perdido fuerza, y el príncipe Mohammed ha comenzado a abrir su país a un mayor número de visitantes extranjeros, en el marco de un plan para diversificar su economía, muy dependiente del crudo.
Históricamente en Arabia Saudita, un país musulmán donde el clero islámico ha ejercido una influencia significativa sobre la vida diaria y cómo se implementan las leyes, el alcohol sólo se ha vendido en el mercado negro o se ha obtenido por correo diplomático. Su consumo está estrictamente prohibido en el Islam por su impacto en la mente.
Durante mucho tiempo han circulado rumores de que Arabia Saudita estaba sopesando la posibilidad de permitir el alcohol como parte de los planes llamados Visión 2030 del país para desconectar la economía del petróleo y depender más de industrias como el turismo y el entretenimiento. Anteriormente se había informado que se permitiría vino, cócteles y champán en Neom, el proyecto joya de la corona de Visión 2030 en el Mar Rojo. Pero los funcionarios del gobierno han negado anteriormente cualquier plan para comenzar a vender alcohol en el país como parte de un esfuerzo por atraer más turistas extranjeros.
Cuando se abra la tienda, en el Barrio Diplomático, en el suroeste de la capital saudita, donde viven y trabajan la mayoría de los funcionarios extranjeros, los diplomáticos necesitarán obtener autorización a través de una aplicación móvil administrada por las autoridades sauditas y estarán sujetos a límites en cuanto a la cantidad pueden comprar, dijeron las personas, pidiendo no ser identificadas debido a lo delicado del asunto.
El licor fue prohibido en todo el país después de que un príncipe saudita ebrio le disparara a un diplomático británico en la década de 1950 después de una fiesta en la embajada.
El Centro de Comunicación Internacional del gobierno dijo que se estaba introduciendo un nuevo marco regulatorio para “contrarrestar el comercio ilícito de bienes y productos alcohólicos recibidos por las misiones diplomáticas”.
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