Lula busca que aliado presida Vale mientras la minera brasileña analiza la sucesión

El nombramiento del CEO es una prueba para la tercera empresa más valiosa de América Latina y la segunda productora mundial de hierro global

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Bloomberg — Las presiones políticas y las maniobras en el lobby podrían determinar quién gana la carrera para convertirse en el próximo jefe de Vale SA, segundo productor mundial de mineral de hierro.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quiere que su fiel aliado y ex ministro de Economía, Guido Mantega, ocupe el puesto cuando el mandato del CEO, Eduardo Bartolomeo, expire en mayo, según personas familiarizadas con el asunto. Lula también podría apoyar a Bartolomeo para otro mandato más corto, si eso allana el camino para que Mantega sea nombrado miembro del consejo de Vale, preferiblemente como presidente, dijeron las personas, pidiendo no ser identificadas ya que el asunto es privado.

En última instancia, la responsabilidad recae en un consejo que se espera que tome una decisión a finales de este mes. Aunque Vale fue privatizada en 1997, las disputas sobre la sucesión ponen de relieve la influencia del gobierno en el sector minero. El productor de metales podría desempeñar un papel estratégico en los esfuerzos de Lula por relanzar la economía brasileña, pero la aprobación gubernamental es igualmente clave para acabar con la burocracia que obstaculiza las ambiciones de Vale.

El gobierno federal no respondió a una solicitud de comentarios. Vale declinó hacer comentarios.

Mantega, de 74 años y miembro del Partido de los Trabajadores, fue el ministro de Hacienda más longevo de Brasil, tanto con Lula como con Dilma Rousseff. Los cargos presentados en 2018 por los fiscales federales contra Mantega -acusándolo de improbidad administrativa por una maniobra contable llevada a cabo por el gobierno para cumplir con los objetivos fiscales- fueron retirados por un tribunal regional cinco años después.

En términos de influencia directa, el gobierno federal mantiene acciones especiales con derechos de veto limitados. Además, Previ -el fondo de pensiones del Banco do Brasil SA, controlado por el Estado- sigue siendo el mayor accionista individual de Vale, con una participación del 8,7%. Pero eso está lejos de dar el control a Lula.

De hecho, los estatutos de la empresa pretenden protegerla de injerencias políticas directas, que en el pasado llevaron a la destitución del presidente de Vale, Roger Agnelli, en una disputa sobre estrategia e inversiones.

El nombramiento del CEO es una prueba para la tercera empresa más valiosa de América Latina, según el experto en gobierno corporativo Alexandre Di Miceli.

“El consejo debe tener en cuenta los intereses de la empresa, centrándose en el perfil deseado y evitando un nombre que busque ejecutar la agenda de un accionista individual, ya sea estatal o privado”, afirma Di Miceli, fundador de Virtuous Company. “El consejero delegado debe tener experiencia de liderazgo en una empresa privada. Nadie puede llegar en paracaídas a un puesto así”.

Aun así, las fortunas de Vale y del Estado están estrechamente entrelazadas. El sector minero representa el 4% del producto interior bruto de Brasil, y el mineral de hierro figura entre las principales exportaciones del país. Vale es también un importante productor de metales de transición energética.

Bartolomeo tomó el timón de Vale tras el colapso de la presa de relaves más mortífera de Brasil en 2019. La compañía sigue bajo escrutinio, además de negociar un acuerdo final en relación con otro desastre ambiental en Samarco, una empresa de mineral de hierro de Vale-BHP Group Ltd.

El respaldo de Lula podría ayudar a poner fin a ese lastre jurídico y financiero, además de acelerar la concesión de permisos medioambientales que reactivarían la producción de mineral de hierro. La necesidad de suavizar las normas que dificultan la explotación de yacimientos en la Amazonia y de mantener la renovación de la concesión de un ferrocarril que presta servicio a la región clave de Carajas también respaldan la necesidad de mejorar las relaciones con el Gobierno.

Carrera de sucesión

La candidatura de Mantega, que también fue ministro de Planificación, puede ser una forma de conseguir que Lula se siente en la mesa de negociaciones, pero, hasta ahora, esas conversaciones no han llegado al nivel del consejo de Vale, según las personas familiarizadas.

Otros accionistas minoritarios -como BlackRock Inc, Capital Group, Mitsui & Co, Bradesco y Cosan SA- también podrían ejercer influencia, especialmente si coordinan sus esfuerzos.

En caso de que ni Bartolomeo ni Mantega pasen el corte, el ex consejero delegado de Cosan y miembro del consejo de Vale, Luis Henrique Guimaraes, está siendo considerado como otro posible candidato para tomar el timón o ser nombrado ejecutivo de la compañía, según las personas familiarizadas.

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