Bloomberg Línea — El desempleo ha cedido modestamente en Latinoamérica y el Caribe desde el 6,9% del 2022 al 6,2% en 2023, aún con 19,8 millones de personas en esa condición, pero se mantiene por encima de la tasa mundial del 5,1% de ese mismo período, según el informe de Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2024, de la OIT.
La mejora en los indicadores en la región responde en buena parte al crecimiento del empleo y la creación de puestos de trabajo, indicó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En 2019, el desempleo alcanzó un pico en Latinoamérica y el Caribe del 8% y desde entonces ha bajado en la región. Las proyecciones apuntan a que este caería muy levemente en 2024 hasta el 6,1% y en el 2025 se recortaría nuevamente hasta el 6%.
Sin embargo, “es probable que la ralentización de la economía de la subregión impida nuevos avances en los próximos años″, indicó la OIT.
Con esto, se tiene que el desempleo pasará de los 24,8 millones del 2019 a 19,6 millones en 2025, muy cerca a los niveles de 2010 cuando se ubicaba en 19,5 millones.
La entidad alertó que preocupa particularmente el desempleo juvenil, que se ubicó en el 13,6% en 2023, situándose en línea con la media mundial del 13,3%, y se espera que aumente ligeramente en 2025.
Tasa de participación y horas trabajadas en LatAm y el Caribe
En Latinoamérica y el Caribe, la tasa de población activa fue del 62,6% en 2023 (320 millones de personas), ligeramente inferior al 63,5% de 2019. En 2024, se prevé que esta caiga al 62,5% y en el 2025 al 62,4%.
En la actualidad, la brecha de género en tasa de participación sigue siendo amplia entre las mujeres y los hombres, con una diferencia de casi 24 puntos porcentuales.
Las mujeres tuvieron una tasa de participación en la población activa del 51,1% en 2023 y los hombres del 74,6%, señala el documento.
El retorno a las tasas de participación en el mercado laboral anteriores a la pandemia ha variado entre los distintos grupos. La participación de las mujeres se ha recuperado rápidamente, pero aún persiste una notable brecha de género, especialmente en las naciones emergentes y en desarrollo
OIT
De otra parte, la media de horas semanales trabajadas por persona empleada ha pasado de 40 en 2010, a 39,2 en 2019; 39,5 en 2022; 39,4 en 2023; y la proyección es que se mantenga en este nivel en el 2024.
Al respecto, el informe constata que las personas que se han reincorporado al mercado laboral tras la pandemia tienden a no trabajar el mismo número de horas que antes, mientras que el número de días de baja por enfermedad ha aumentado significativamente.
Productividad laboral se estanca
Una de las conclusiones de la OIT es que el crecimiento de la productividad laboral en América Latina y el Caribe se ha estancado, lo que responde, entre otros factores, a los regímenes reguladores, la inversión en infraestructuras y los sistemas fiscales.
Esta situación es más compleja debido a la persistencia del sector informal, sobre todo en los servicios y en las zonas rurales, “lo que reduce el crecimiento global de la productividad”.
A pesar de los avances tecnológicos y el aumento de la inversión, el crecimiento de la productividad ha seguido ralentizándose. Una de las razones es que se han destinado importantes cantidades de inversión a sectores menos productivos, como los servicios y la construcción
OIT
“Esto se ve agravado por el predominio de las microempresas y las pequeñas empresas, que suelen tener un menor crecimiento de la productividad (las economías de alta productividad suelen tener una mayor proporción de empresas grandes y medianas)”, dice el documento.
De hecho, explica que en el conjunto de América Latina y el Caribe se produjo un descenso de la productividad laboral entre 2015 y 2023 del 0,5% anual.
Por ejemplo, en ese período la productividad laboral en Argentina se contrajo un 1,7% anual y en México un 0,4% anual
En la otra cara, Brasil reportó un crecimiento de la productividad de solo un 0,1% en ese período, pero por debajo de Canadá (0,4% anual) y Estados Unidos (1% anual).
“En parte, debido a la composición de las empresas, la inversión en investigación y desarrollo en los países de América Latina es inferior a la de Norteamérica, lo que, combinado con unos sistemas de educación y formación de menor calidad, reduce aún más el crecimiento de la productividad”, advirtió la OIT.
La tasa de desempleo mundial aumentará en 2024
La OIT proyecta que este año la tasa de desempleo mundial se eleve este año del 5,1% del 2023 al 5,2% y que dos millones de trabajadores más busquen empleo.
Y dado que los ingresos disponibles han disminuido en la mayoría de los países del G20 y se mantiene la erosión de los niveles de vida resultante de la inflación, “no es probable que se compense rápidamente”.
De otra parte, proyecta que las tasas de trabajo informal permanezcan estáticas, representando alrededor del 58% de la mano de obra mundial en 2024.
En 2023, el número de trabajadores en situación de pobreza extrema (que ganan menos de US$2,15 por persona y día en términos de paridad del poder adquisitivo) aumentó en cerca de un millón.
Además, el año pasado el número de trabajadores en situación de pobreza moderada (que ganan menos de US$3,65 por persona y día en términos de paridad del poder adquisitivo) aumentó en 8,4 millones.
Las desigualdades se hacen evidentes entre los países de renta alta y baja en materia de empleo.
El reporte indica que mientras la tasa de brecha de empleo en 2023 era del 8,2% en los países de renta alta, en el grupo de renta baja se situaba en el 20,5%.
Y mientras que la tasa de desempleo en 2023 se mantuvo en el 4,5% en los países de renta alta, fue del 5,7% en los países de renta baja.
“El descenso del nivel de vida y la escasa productividad, combinados con una inflación persistente, crean las condiciones para una mayor desigualdad y socavan los esfuerzos por alcanzar la justicia social. Y sin una mayor justicia social nunca tendremos una recuperación sostenible”, lamentó el director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo.
