Bloomberg Línea — El PIB de los países de Latinoamérica y el Caribe crecería un tibio 1,6% en 2024, por debajo del 2,2% del año pasado y se anotará el registro más pobre desde el 2020, cuando se contrajo un -7,3%, a medida que los tres motores económicos de la región -Brasil, México y Argentina- ven limitado su desempeño, de acuerdo con las más recientes proyecciones del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA).
“Las perspectivas económicas de América Latina y el Caribe se están deteriorando. El crecimiento se está desacelerando, la inflación está retrocediendo, pero sigue siendo elevada en varias economías, el margen de maniobra de la política macroeconómica es limitado y se necesita una mayor inversión para hacer frente a los retos sociales y al cambio climático”, advierte.
Las proyecciones de DESA apuntan a que luego de la desaceleración económica que afrontará Latinoamérica y el Caribe este año, el PIB repuntaría un 2,3% en el 2025.
El informe de perspectivas para 2024 muestra que la economía mundial se desacelerará este año en términos generales y alcanzará un crecimiento de solo el 2,4%, por debajo del 2,7% estimado para 2023.
En todo caso, en 2023 el crecimiento del PIB de Latinoamérica y el Caribe superó las expectativas “gracias a la resistencia del consumo y la inversión, las fuertes entradas de capital y la solidez de la demanda externa”.
DESA señala que a pesar de esto aún persisten los retos estructurales y de política macroeconómica.
“En 2024, el endurecimiento de las condiciones financieras socavará la demanda interna, y la ralentización del crecimiento en China y Estados Unidos limitará las exportaciones”, advirtió.
Globalmente, se espera que los países menos desarrollados crezcan un 5% en 2024, frente al 4,4% de 2023, pero aún muy por debajo de la meta de crecimiento del 7% fijada en los ODS, dice el informe.
Las economías de los países desarrollados crecerían en el 2024 un 1,3%, por debajo del 1,6% estimado para el 2023. El PIB de EE.UU. se expandiría apenas un 1,4% este año, mientras que el del conjunto de países de la Unión Europea un 1,2%.
Los motores económicos de Latinoamérica pierden fuerza
Parte del pobre desempeño estimado para Latinoamérica y el Caribe se debe al bajo desempeño de sus principales motores, como Brasil, que crecería solo el 1,6% este año, frente al 3,1% del anterior.
Entre tanto, la economía de México crecería un 2,3% en 2024, luego de crecer un 3,5% en 2023, y el PIB de Argentina se contraería un -3,3% en 2024, después de experimentar una caída del -2,5% el año pasado, a la vez que seguiría en crisis con un nivel elevado de inflación.
La inflación en Latinoamérica rondaría en el 2024 el 4,3%, por debajo del 6,8% del 2023, y volvería a moderarse en el 2025 al 3,5%.
Ante estos desafíos, “la región deberá redoblar sus esfuerzos para reducir la evasión y elusión fiscal y aumentar la progresividad de los sistemas tributarios para satisfacer sus necesidades de financiamiento”.
Asimismo, se insta a los Gobiernos de la región a implementar políticas macroeconómicas anticíclicas e industriales activas para impulsar el crecimiento y la inversión, así como ampliar el bienestar social y desarrollar la resiliencia al cambio climático, a medida que los países enfrentan desafíos para limitaciones para financiar la enorme inversión necesaria para acelerar el progreso hacia los ODS.
Las economías de Latinoamérica y el Caribe que más y menos crecerían en 2024
Las previsiones apuntan a que Guyana será la economía de la región que más crezca este año, con una proyección del 25,3% y para el 2025 del 12,2%, en medio del ‘boom’ que ha generado la exploración petrolera en esa pequeña nación sudamericana, que en la actualidad afronta una disputa territorial con Venezuela por el Esequibo, una región rica en recursos naturales y minerales.
Después de Guyana, las economías de mejor desempeño en 2024 serían Panamá y República Dominicana (ambas con una proyección del 4,2%), Paraguay (4%), Costa Rica (3,7), Honduras (3,3%) y Guatemala (3,1%).
Y las de peor desempeño serían la economía de Argentina (-3,3%) y Haití (-0,4).
Entre los países de Sudamérica, a los que mejor les iría después de Paraguay son Uruguay (2,8%), Venezuela (2,7%), Ecuador (2,4%), Perú y México (ambos con 2,3%) y Chile (2,2).
En 2024, agrega DESA, “unas condiciones monetarias restrictivas afectarán negativamente a la demanda agregada, la ralentización de la demanda externa limitará el crecimiento de las exportaciones y las vulnerabilidades estructurales internas, incluidas las incertidumbres políticas, pesarán negativamente sobre la inversión”.
Con esto, hay “importantes riesgos a la baja” en las proyecciones de crecimiento en Latinoamérica y el Caribe y “la región va camino de reanudar la trayectoria de bajo crecimiento observada antes de la crisis pandémica”.