Samsung retrasa la producción de su nueva fábrica en EE.UU. hasta 2025, según medios

Samsung dijo anteriormente que la fábrica comenzaría a producir en la segunda mitad de 2024 cuando anunció la inversión en 2021

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Bloomberg — Samsung Electronics Co. ha retrasado los planes de producción masiva de su nueva planta de chips en Taylor (Texas), según el Seoul Economic Daily, lo que podría suponer otro golpe a la ambición del Gobierno de Biden de aumentar el suministro nacional de semiconductores.

La producción masiva en la próxima fábrica de US$17.000 millones comenzaría en 2025, informó el periódico, citando un discurso del Presidente Choi Siyoung del negocio de fundición de Samsung en un evento de la industria en San Francisco.

Samsung dijo anteriormente que la fábrica comenzaría a producir en la segunda mitad de 2024 cuando anunció la inversión en 2021. Un portavoz dijo que la empresa no puede confirmar el calendario de producción en masa en este momento.

El informe se produjo después de que Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., el mayor rival de Samsung, decidiera posponer la producción en su nueva fábrica de Arizona hasta 2025, a partir del año que viene, debido a la escasez de trabajadores experimentados en la construcción y de técnicos para la instalación de maquinaria.

Cualquier retraso en las plantas estadounidenses de los dos principales fabricantes de chips del mundo supondría un revés para el gran plan del Presidente Joe Biden de impulsar la producción de chips en suelo estadounidense para evitar futuras interrupciones del suministro como la escasez de 2021, que costó a las empresas cientos de miles de millones en ingresos.

Las revisiones de los planes de TSMC y Samsung significarían que sus nuevas plantas, valoradas en decenas de miles de millones de dólares, no podrían entrar en funcionamiento hasta después de las elecciones presidenciales estadounidenses del año que viene.

Los problemas relacionados con los permisos medioambientales y la lentitud del Gobierno de Biden a la hora de conceder ayudas financieras han venido lastrando los proyectos nacionales de fabricación de chips.

Más de un año después de que Biden promulgara la Ley de Chips, que prometía US$100.000 millones en ayudas a nuevas plantas de semiconductores en Estados Unidos, su gobierno sólo ha concedido una subvención de US$35 millones a la filial estadounidense de la empresa aeroespacial británica BAE Systems Plc.

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