Bloomberg — Este año, una nueva cosecha de empresas de inteligencia artificial ha sacudido Silicon Valley (y el mundo empresarial en general), pero hay algo que no ha cambiado: las grandes tecnológicas siguen ejerciendo el poder.
Tras la inversión de US$10.000 millones de Microsoft en OpenAI en enero, otros gigantes tecnológicos se apresuraron a asociarse con las principales empresas de IA mediante acuerdos de financiación y computación en nube. Salesforce lideró una ronda en Hugging Face con una valoración de US$4.500 millones. Alphabet y Amazon invirtieron miles de millones en Anthropic, rival de OpenAI. Y Nvidia parecía respaldar a casi todas las empresas de IA importantes.
El efecto neto es que muchas de las startups de IA más prometedoras dependen ahora en gran medida de la vieja guardia de empresas tecnológicas dominantes para sus necesidades de financiación e infraestructura. Esta dinámica está empezando a llamar la atención de los reguladores.
La asociación de Microsoft con OpenAI se enfrenta a un nuevo escrutinio por parte de los reguladores de la competencia del Reino Unido y Estados Unidos. En EE.UU., la Comisión Federal de Comercio ha recibido el encargo de la administración Biden de promover “un ecosistema de IA justo, abierto y competitivo”. La agencia ha solicitado previamente comentarios públicos sobre si los grandes contratos de computación en nube son anticompetitivos.
“Lo que podría preocupar a los reguladores es que la historia de la inversión estratégica de las grandes empresas tecnológicas en empresas emergentes de IA podría convertirse en la historia del monopolio de la IA de las grandes empresas tecnológicas”, dijo Ngor Luong, analista de investigación que se centra en las tendencias de inversión en IA en el Centro de Seguridad y Tecnología Emergente de la Universidad de Georgetown.
Para las empresas de IA, estos acuerdos con las grandes tecnológicas pueden ser un salvavidas vital. Construir grandes modelos lingüísticos, la tecnología en la que se basan los chatbots de IA como ChatGPT, es extremadamente costoso e intensivo desde el punto de vista computacional. Las grandes empresas tecnológicas se encuentran en el reducido grupo de empresas con la infraestructura y los fondos necesarios para apoyar estos esfuerzos.
Para las grandes empresas tecnológicas, estos acuerdos pueden servir para afianzar su dominio en un mercado competitivo y en rápida evolución, después de que a algunas les pillara desprevenidas el éxito masivo de ChatGPT de OpenAI hace un año. Estas asociaciones también pueden ayudar a los gigantes tecnológicos a reforzar la demanda de sus productos, ya sean los chips vendidos por Nvidia o los servicios de computación en la nube de Microsoft, Google y Amazon.
En una entrada de blog de este mes, Nvidia afirmó que ha realizado “más de dos docenas de inversiones” este año. “Estas asociaciones estimulan la innovación conjunta, mejoran la plataforma NVIDIA y amplían el ecosistema”, afirmó la empresa.
Además de OpenAI, Microsoft ha invertido en Inflection AI y Adept, entre otras startups de IA multimillonarias, pero estos acuerdos son mucho menores que los US$13.000 millones que ha comprometido hasta ahora con el fabricante de ChatGPT.
La singular relación de Microsoft con OpenAI se puso de manifiesto en noviembre, cuando el director ejecutivo Sam Altman fue destituido brevemente de la startup. El CEO de Microsoft, Satya Nadella, desempeñó un papel clave, junto con otros inversores, para obligar al consejo a dar marcha atrás en su decisión. En un momento dado, Microsoft dijo que contrataría a Altman y a sus colegas de OpenAI para formar una nueva unidad de IA de Microsoft.
En respuesta a las preocupaciones de los reguladores, Microsoft subrayó que no posee una participación tradicional en OpenAI. “Es importante señalar que Microsoft no posee ninguna parte de OpenAI y que simplemente tiene derecho a una parte de las distribuciones de beneficios”, dijo la empresa la semana pasada.
Mientras que Microsoft, Amazon y Alphabet se han mostrado muy activos este año respaldando a empresas de IA, otras dos grandes empresas tecnológicas se han mantenido en gran medida al margen de este tipo de acuerdos: Apple Corp. y Meta Platforms Inc.
Apple Inc. ha construido su propio gran modelo lingüístico llamado Ajax y ha puesto en marcha un chatbot interno apodado “Apple GPT”. Meta, por su parte, tiene un modelo de gran lenguaje de código abierto y se ha asociado con otras grandes empresas tecnológicas, como Microsoft y Amazon.
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