Bloomberg — La compra de United States Steel Corp. por una empresa japonesa “parece merecer un serio escrutinio”, dijo el principal asesor económico del Presidente Joe Biden en la última señal de presión política sobre el acuerdo.
Nippon Steel Corp. anunció el lunes que compraría US Steel por 14.100 millones de dólares para crear la segunda mayor empresa siderúrgica del mundo. Pero la propuesta de adquisición ha suscitado la preocupación o la oposición frontal de destacados demócratas y líderes sindicales vinculados desde hace tiempo a Biden.
“La compra de esta emblemática empresa de propiedad estadounidense por una entidad extranjera -incluso de un aliado cercano- parece merecer un serio escrutinio por su posible impacto en la seguridad nacional y la fiabilidad de la cadena de suministro”, declaró el jueves en un comunicado Lael Brainard, asesora económica de Biden.
US Steel está buscando proactivamente una revisión de la seguridad nacional en un intento de calmar la oposición. La aprobación por parte del Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS) es una de las condiciones de la operación, según un documento presentado ante la Comisión de Bolsa y Valores.
La Administración “estará dispuesta a examinar detenidamente los resultados de cualquier investigación de este tipo y a actuar si procede”, declaró Brainard.
Nippon Steel declaró el lunes a Bloomberg News que confía en superar los obstáculos reglamentarios, aludiendo a la sólida relación de Japón con Estados Unidos. Takahiro Mori, vicepresidente ejecutivo de Nippon Steel, declaró: “No me preocupa en absoluto superar el CFIUS”. Esa misma mañana, en una conferencia telefónica, el consejero delegado de US Steel, David Burritt, dijo a los analistas que no creía que el acuerdo tuviera problemas para recibir la aprobación de los reguladores.
Biden se enfrenta a demandas en estados disputados en 2024 para que examine la venta o la bloquee por completo. Los dos senadores de Pensilvania, ambos demócratas, escribieron a la Secretaria del Tesoro Janet Yellen, que dirige el proceso CFIUS, diciendo que el acuerdo debería anularse.
La fusión propuesta golpea dos pilares de la identidad política de Biden: su pretensión de ser el presidente más favorable a los sindicatos de la historia de EE.UU. y de ser un destructor de confianza.
El sindicato United Steelworkers of America ha instado a los reguladores a que revisen el acuerdo para determinar si beneficia a los trabajadores y sirve a los intereses de seguridad nacional de EE.UU., dijo el presidente del sindicato, David McCall, en un comunicado.
Las nuevas normas de Biden para reprimir las fusiones también podrían ponerse a prueba con la venta de US Steel. El lunes, el Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio ultimaron una serie de nuevas directrices destinadas a impedir que las empresas intenten dominar sus sectores absorbiendo a sus rivales.
