Sobre el gran giro monetario de la Fed

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Bloomberg Opinión — El último anuncio de política monetaria de la Reserva Federal ha complacido a los inversores, quizá un poco más de lo que desearían el presidente Jerome Powell y sus colegas.

El banco central mantuvo sin cambios su tasa de interés oficial (entre el 5,25% y el 5,5%), pero las proyecciones económicas que acompañaban a su nueva declaración sugerían un ritmo de recortes el año que viene ligeramente más rápido de lo que la Fed había indicado anteriormente. Un mercado bursátil que ya estaba generosamente valorado saltó al alza con la noticia y las tasas de interés a más largo plazo bajaron.

¿Por qué iba a ser esta reacción otra cosa que una buena noticia para la Reserva Federal? El juicio político del banco central es que los tipos a corto plazo deben mantenerse altos un poco más para proporcionar el grado apropiado de endurecimiento financiero y seguir reduciendo la inflación. En efecto, la respuesta de los inversores deshizo en parte este juicio, porque la subida de las cotizaciones bursátiles y la bajada de las tasas a largo plazo relajan las condiciones financieras y aumentan la demanda.

Siempre fue así: La Reserva Federal puede hacer muy poco contra la determinación de los mercados financieros de cuestionar, malinterpretar y, a veces, anular sus decisiones políticas. Lo mejor que pueden hacer Powell y sus colegas es ser claros sobre las incertidumbres, los límites de su poder para dirigir la economía y su compromiso de volver a situar la inflación en el 2%. En estas medidas, dados sus métodos actuales de comunicación, es difícil reprocharles su reciente actuación.

La Fed tardó en subir los tasas de interés cuando la inflación se disparó por primera vez debido a la pandemia, pero una vez que empezó a endurecer la política se movió con más firmeza que otros bancos centrales. Aunque tuvo que apoyarse en una política fiscal excesivamente laxa, su endurecimiento redujo gradualmente la inflación del 9,1% en su punto álgido al 3,1% en el año transcurrido hasta noviembre. Para su propia sorpresa, y la de casi todo el mundo, la Fed lo ha conseguido sin inducir una recesión. El mercado laboral se está enfriando, pero no tan bruscamente como para provocar un aumento del desempleo. Hasta ahora, todo va bien: La economía sigue en camino hacia el esperado aterrizaje suave.

Las declaraciones de Powell también han sido acertadas, aunque los inversores no siempre presten mucha atención. Parece que las celebraciones de esta semana se han visto impulsadas menos por los comentarios del presidente que por el llamado diagrama de puntos de los futuras tasas de interés incluido en el resumen periódico de proyecciones económicas de la Reserva Federal. El nuevo gráfico de puntos sugiere tres recortes de un cuarto de punto en 2024, situando la tasa de interés oficial en el 4,6% a finales de año, frente a los dos recortes de las proyecciones de septiembre. Sin embargo, como dejó claro Powell (por enésima vez), estas proyecciones no son una previsión, un plan o un compromiso colectivo, sino simplemente una media de las opiniones ampliamente divergentes de los responsables políticos sobre lo que podría ser correcto si las cosas salen como cada uno de ellos supone. El presidente reiteró que “el progreso continuo hacia nuestro objetivo de inflación del 2% no está asegurado. Estamos preparados para endurecer aún más la política si resulta apropiado”.

Es una pena, aunque no sorprende, que muchos recibieran el gráfico de puntos como una afirmación de lo contrario, como si indicara la intención de no subir más las tasas. Con suerte, el tipo de interés oficial seguirá bajando a medida que disminuya la inflación, pero la respuesta al gráfico de puntos en realidad hace que este resultado benigno, en igualdad de condiciones, sea menos probable, porque compensa parte del endurecimiento de la Reserva Federal. Del mismo modo, si los inversores se comprometen demasiado con el escenario de aterrizaje suave, cualquier necesidad posterior de subir los tipos será una sacudida que podría provocar una mayor inestabilidad financiera y un viaje mucho más accidentado.

Powell no podría haber sido más claro sobre sus prioridades, las incertidumbres inevitables y la determinación de la Fed de conseguir que la inflación vuelva (de forma gradual pero definitiva) al 2%. Sin embargo, él y sus colegas podrían preguntarse si el gráfico de puntos está ayudando o entorpeciendo sus esfuerzos por hacerse entender.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.