¿Comprar vivienda en 2024? Prepárese para mayores precios en Brasil, México o Colombia

El déficit habitacional cuantitativo impacta a más de 23 millones latinoamericanos, mientras que el déficit cualitativo de viviendas afecta a más de 46 millones de personas

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Bloomberg Línea — En medio de un contexto inflacionario y de encarecimiento de acceso al crédito, los latinoamericanos deberían acostumbrarse por un tiempo más a precios altos de vivienda en la región, un contexto que guiará la realidad de los consumidores en otras regiones del mundo como Norteamérica, de acuerdo a un reporte de Fitch Ratings.

Los precios de la vivienda tanto en Latinoamérica como Norteamérica podrían verse influenciados el próximo año por un bajo inventario. Aunque “se verán atenuados por una demanda más suave derivada de los elevados tipos hipotecarios”, según el informe 2024 Global Housing and Mortgage Outlook de Fitch Ratings.

“La desaceleración de la inflación en Brasil, Colombia y México hará que las tasas hipotecarias caigan ligeramente en los próximos dos años a medida que se relaje la política monetaria, aunque el crecimiento general del precio de la vivienda limitará la asequibilidad”, precisó Fitch Ratings

En este contexto, la agencia de calificación crediticia estadounidense espera aumentos de los precios de vivienda en mercados regionales como Brasil, México y Colombia.

Comprar vivienda será más caro en 2024

En el caso de Brasil, la mayor economía regional, las proyecciones apuntan a que los precios de la vivienda subirán un 5,5% en 2023 y ya en el 2024 el incremento se ubicará entre el 4% y el 6%.

Entre tanto, en México proyecta que el crecimiento de los precios de la vivienda se desaceleren desde su previsión para 2023 del 9,3% al 6%-8% en 2024.

Respecto a Colombia, prevé un crecimiento más lento de los precios de la vivienda del 5%-7% en 2024 desde el 12% en 2023.

“Los riesgos a la baja para nuestras previsiones en materia de vivienda incluyen una contracción económica mayor de lo esperada y el consiguiente aumento del desempleo”, recalca en el reporte.

Como referencia, en EE.UU. espera subidas nominales del precio de la vivienda del 0%-3% en 2024, el menor aumento anual desde 2019.

Y en Canadá, la demanda sostenida de vivienda impulsará aumentos de los precios del 3%-5% en 2024, inferior al 7% de 2023.

La morosidad hipotecaria en Latinoamérica

En cuanto a la morosidad hipotecaria, proyecta que en Brasil se ubicará el próximo año entre 1,75%-2,25; en México en 2,5%-3,5% y en Colombia en 2%-4%, que son niveles coherentes con los del 2023, según Fitch.

Estas previsiones, detalla Fitch, se sustentan en un “entorno macroeconómico en ligera mejora y un desempleo estable”.

“La suscripción conservadora y las características de los préstamos, como los planes de cuotas fijas o decrecientes, también contribuyen a la estabilidad de la morosidad”, destaca en el documento.

Y la morosidad hipotecaria en EE.UU. subiría desde el 1,4% del 2023 hasta el 2%-2,2% en 2024 debido al deterioro de las condiciones económicas y al aumento del desempleo.

¿Cómo incentivar la compra de vivienda en Latinoamérica?

Los desafíos asociados a la adquisición de vivienda se relacionan también con el marcado déficit que afronta Latinoamérica en este campo.

El déficit habitacional cuantitativo impacta a más de 23 millones latinoamericanos, mientras que el déficit cualitativo de viviendas afecta a más de 46 millones de personas en América Latina y el Caribe, de acuerdo a cifras del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe-CAF.

El equipo técnico de ONU-Hábitat explica a Bloomberg Línea que en la actualidad el mercado de vivienda atiende solo a una parte de la población, por lo que las políticas de vivienda y desarrollo urbano “deben combinar diferentes instrumentos para el desarrollo de nuevos proyectos de vivienda, el mejoramiento de los barrios informales y la promoción de estrategias de vivienda diferencial y para arriendo”.

Los analistas de la entidad asocian la actual caída de las ventas de vivienda en mercados de Latinoamérica con factores externos como el aumento de tasas de interés, la subida de precios de insumos básicos para la construcción como el acero, y en menor medida, rezagos del impacto de la pandemia por el Covid-19, que han generado dificultades por el lado de la oferta y de la demanda.

“Para su recuperación, además de medidas anticíclicas que pueden adoptar los gobiernos, es necesario diversificar los instrumentos financieros, de tal manera que las políticas urbanas y de vivienda puedan alcanzar a los grupos poblacionales más vulnerables conforme a los lineamientos de la Nueva Agenda Urbana”, manifestaron.