Bloomberg Línea — La minería de bitcoin, una industria en auge con varias ramificaciones económicas y financieras, está bajo un nuevo escrutinio: su impacto en la seguridad hídrica mundial. En 2021, la huella hídrica de bitcoin se disparó en un 166% frente a 2020, pasando de 591,2 a 1.573,7 gigalitros (GL), según un estudio reciente firmado por el científico de datos Alex de Vries, investigador de Vrije Universiteit Amsterdam, y publicado en la revista científica Cell Reports Sustainability.
Este incremento, junto con la previsión de que la huella hídrica anual de la criptomoneda pueda alcanzar los 2.237 GL en 2023, plantea preocupaciones en el contexto del cambio climático y la escasez de agua.
Para ponerlo en perspectiva, la magnitud del consumo en 2021 equivale aproximadamente a 629.480 piscinas olímpicas, cada una con unos 2.500 metros cúbicos de agua. La huella hídrica del bitcoin ese año también corresponde a casi ocho veces el consumo anual de agua de una ciudad como Madrid, cuya población es de cerca de 3,2 millones de habitantes. Además, representa unas 18 horas del caudal de agua de las Cataratas del Niágara, una de las más grandes del mundo.
El agua utilizada por transacción procesada en la blockchain de bitcoin se incrementó de 5.231 litros en 2020 a 16.279 litros en 2021, suficiente para más de 16.000 duchas de cinco minutos cada una.
¿Cómo funciona la minería de bitcoin y por qué gasta tanta agua y energía?
Como explica Alex de Vries, la minería de bitcoin se asemeja a un juego de adivinanzas numéricas en el que el primer minero que adivina un determinado número ganador, con la ayuda de potentes ordenadores, consigue crear el siguiente bloque del blockchain. Llegar a ese número ganador es un ejercicio de ensayo y error que, si se acierta, genera bitcoins recién acuñados como recompensa. “En este proceso, altamente competitivo, toda la red bitcoin genera aproximadamente 350 quintillones de conjeturas cada segundo del día desde mayo de 2023″, según el investigador.
Toda esta competición por crear el próximo bloque no sólo consume grandes cantidades de electricidad, sino también de agua, tanto directamente en los sistemas de refrigeración como indirectamente en la generación de energía necesaria para alimentar sus operaciones. Centrarse en la huella hídrica indirecta es especialmente importante, ya que depende de la demanda energética de la red y de las fuentes de energía utilizadas, según el estudio.
Presión en aumento
En Estados Unidos, los mineros de bitcoin enfrentan una creciente presión para revelar más información sobre su impacto ambiental. Se calcula que la huella total de agua de los mineros de bitcoin en el país podría ser equivalente al consumo anual de 300.000 hogares estadounidenses.
La introducción del “Crypto-Asset Environmental Transparency Act” (Ley de Transparencia Medioambiental de los Criptoactivos) busca obligar a las operaciones de minería de criptomonedas a revelar sus emisiones, un movimiento que podría extenderse al uso del agua.
Meta, dueña de Facebook e Instagram, ya revela las necesidades de agua de sus centros de datos, lo que podría servir de modelo para los mineros de bitcoin estadounidenses. Pero es posible que otros países tengan que considerar una legislación similar, ya que la mayor parte de la minería de bitcoin sigue realizándose fuera de Estados Unidos – China y Kazajstán están los países con mayor actividad de minería de bitcoin.
Kazajstán ya se enfrenta a una grave crisis hídrica. “La huella estimada de la minería de Bitcoin sólo en Kazajstán fue de 997,9 GL en 2021, mientras que la capital de la nación podría enfrentarse a una escasez de agua de 75 GL al año en 2030″, menciona el estudio. EE.UU. también se enfrenta a la escasez de agua, sobre todo en los estados occidentales, donde ha surgido una crisis hídrica.
Sin restricciones, la minería de bitcoin podría empeorar los conflictos sobre los recursos de agua dulce. El desafío es equilibrar la innovación financiera con la urgente necesidad de proteger los recursos hídricos.
Las soluciones para reducir la huella hídrica
Con entre 2 y 3 mil millones de personas enfrentando escasez de agua a nivel mundial, el impacto de la minería de bitcoin no puede ser subestimado. Entre las recomendaciones del estudio están las tecnologías de enfriamiento por inmersión y fuentes de energía que no requieran agua dulce para reducir su huella hídrica. Además, cambios en el software de bitcoin podrían reducir significativamente su impacto en el consumo de agua.
Ethereum ha logrado reducir su huella mediante cambios en el software. Antes de septiembre de 2022, la segunda criptomoneda más grande por capitalización utilizaba el mismo proceso de minería de alto consumo energético que bitcoin. “La demanda total de energía de la red de minería de Ethereum en ese momento podría haber sido responsable de un impacto medioambiental equivalente a la mitad del de bitcoin”, según el informe.
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