Bloomberg — La Unión Europea y las mayores economías de Sudamérica están más cerca que nunca de concluir un importante acuerdo comercial que lleva más de dos décadas gestándose, y los líderes de ambas regiones se muestran optimistas de poder alcanzarlo la próxima semana.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el líder brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, tienen previsto reunirse al margen de la cumbre sobre el clima COP28 de las Naciones Unidas, que se celebra en Dubai, para dar un último impulso político al acuerdo, según personas familiarizadas con el asunto.
La reunión, que podría tener lugar el sábado, se producirá en medio de avances significativos en las negociaciones técnicas entre ambas partes que las han acercado a superar las diferencias medioambientales que hicieron descarrilar una iteración anterior en sus fases finales, según las personas, que solicitaron el anonimato por no estar autorizadas a hablar públicamente.
El acuerdo entre la UE y Mercosur -unión aduanera formada por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay- crearía un mercado integrado de 780 millones de consumidores, lo que lo convertiría en el mayor acuerdo de la historia del bloque europeo y en uno de los mayores pactos de libre comercio del mundo.
Ahorraría a los exportadores europeos unos 4.400 millones de euros (4.400 millones de dólares) en aranceles de importación, al tiempo que proporcionaría vínculos con proveedores de materiales críticos para el desarrollo de tecnologías verdes y digitales. Para Sudamérica, promete una sacudida a las industrias que buscan un mayor acceso a los mercados europeos y a un sector agrícola que ya impulsa el estatus de la región como principal exportador de carne de vacuno, soja, café y otros productos.
El acuerdo también acercaría a las dos regiones en medio de una competencia mundial más amplia por la influencia, en la que China y Rusia han intentado introducirse en países ricos en recursos de todo el continente americano.
Obstáculos medioambientales
Las conversaciones en curso vuelven a poner el acuerdo a punto, después de que ambas partes concluyeran 20 años de negociaciones técnicas con un acuerdo en 2019. Ese pacto nunca se finalizó, después de que algunos estados de la UE plantearan su preocupación por las crecientes tasas de deforestación en la selva amazónica bajo el mandato del ex presidente brasileño Jair Bolsonaro.
Esas demandas han seguido siendo un desafío bajo Lula, quien ha calificado los términos ambientales de Europa de “ofensivos” y ha dicho que cualquier acuerdo debe tratar a Sudamérica “en igualdad de condiciones”. Pero el líder izquierdista, que asumió el cargo en enero prometiendo reunificar un Mercosur fracturado e impulsar el acuerdo más allá de la línea de meta, ha intensificado sus esfuerzos en las últimas semanas, tratando de conseguirlo antes de que el mandato de Brasil como presidente de turno del bloque termine a principios de diciembre.
Von der Leyen está a la caza de su propia victoria comercial tras el fracaso de un acuerdo con Australia y la incapacidad de su comisión para alcanzar una solución permanente al conflicto del acero y el aluminio con Estados Unidos el mes pasado.
En los últimos meses, los negociadores han debatido un instrumento adicional para abordar algunos de los problemas medioambientales de Europa. A cambio, la UE ha estudiado algunas peticiones concretas del Mercosur, entre ellas las relativas a la contratación pública, ya que Brasil intenta proteger el acceso de las empresas nacionales a los contratos públicos.
Las conversaciones han tenido lugar en persona y a distancia cada pocos días, y existe una firme voluntad de sellar el acuerdo por ambas partes, según dijeron diplomáticos de cada región.
“Quedan muy pocas cuestiones técnicas”, declaró la máxima responsable de Comercio de España, Xiana Méndez, durante una rueda de prensa celebrada el lunes en Bruselas, y añadió que en las últimas semanas se han hecho esfuerzos “importantes” para llegar a una conclusión.
Las negociaciones están lo suficientemente avanzadas como para que Valdis Dombrovskis, vicepresidente de Comercio de la Comisión Europea, esté considerando la posibilidad de viajar a la cumbre de Mercosur del 7 de diciembre en Río de Janeiro, añadieron.
“Las negociaciones técnicas son las adecuadas para el impulso político final”, dijo Dombrovskis durante la conferencia de prensa con Méndez.
Últimos detalles
Aún así, los responsables mantienen la cautela al entrar las negociaciones en una fase crítica, con importantes cuestiones pendientes que resolver y sorpresas de última hora que preocupan después de tantos intentos por los pelos.
Entre ellas, la presión de Brasil para que se utilicen sus propios datos sobre deforestación y un mecanismo compensatorio en caso de que un país restrinja unilateralmente las importaciones de productos brasileños, según una persona familiarizada con las negociaciones.
Argentina también quiere fondos que le ayuden a adaptarse a las exigencias medioambientales y ha insistido en eliminar más lentamente los aranceles a los vehículos eléctricos importados para ayudar a remodelar su industria automovilística nacional, añadió la persona.
La victoria del Presidente electo Javier Milei en las elecciones argentinas a principios de este mes suscitó inicialmente dudas sobre el futuro del acuerdo, después de que criticara al Mercosur durante su campaña. Pero la nueva administración no descarrilará el acuerdo y quiere que se llegue a una conclusión “pronto, esperemos que antes del 7 de diciembre”, declaró el miércoles a Bloomberg News la Ministra de Asuntos Exteriores entrante, Diana Mondino.
Alemania también confía en que se pueda alcanzar y anunciar muy pronto un gran avance, según los funcionarios que hablaron bajo condición de anonimato.
Lula y el canciller alemán, Olaf Scholz, tienen previsto discutir los avances actuales el lunes en Berlín, donde participarán en una cumbre Brasil-Alemania que incluirá una reunión conjunta del gabinete y una gran conferencia empresarial, añadieron los funcionarios.
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