Brasil se unirá a la carta de cooperación de la alianza petrolera OPEP+, una medida que no le obligará a realizar recortes de producción.
El Ministro de Energía brasileño, Alexandre Silveira, anunció el jueves en una reunión del grupo que el país se adherirá a la Carta a partir del año que viene. La Carta, abierta a todos los países productores de petróleo, no obliga a los signatarios y ofrece una plataforma para el diálogo y el intercambio de puntos de vista.
“El presidente Lula confirmó nuestra entrada en la Carta de Cooperación OPEP+ a partir de enero de 2024″, dijo el ministro al grupo, según un vídeo difundido por los delegados. Fue recibido con una salva de aplausos.
Un funcionario brasileño había dicho anteriormente que el país aún estaba considerando la invitación. No está claro que a Brasil le interese unirse a la política de producción del cártel: es una de las fuentes más importantes de crecimiento de la oferta mundial y la OPEP+ está reduciendo actualmente la producción.
“La adhesión de Brasil a la OPEP+ es un poco como la de un prometedor velocista olímpico a una liga de marcha atlética: las reglas no están pensadas para el éxito a largo plazo”, afirmó Schreiner Parker, director general para Latinoamérica de Rystad Energy AS. “Sacrificar cuota de mercado por control de precios es un mal necesario en Arabia Saudí ahora mismo, pero no así para Brasil”.
El gigante latinoamericano exportó una media de 1,8 millones de barriles diarios de petróleo en el tercer trimestre, un 40% más que un año antes, según datos oficiales. Según la Agencia Internacional de la Energía, el crecimiento de la producción de Brasil y Estados Unidos, mejor de lo previsto, está contribuyendo a elevar el suministro mundial diario en 1,7 millones de barriles este año, hasta alcanzar un récord.
Las relaciones entre Brasil y la OPEP+ se han estrechado bajo la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, un izquierdista que pretende representar al mundo en desarrollo en general. El Consejero Delegado de Petrobras, Jean Paul Prates, viajó a Viena en julio para participar en un seminario del cártel y, en octubre, el Secretario General de la OPEP, Haitham Al-Ghais, se reunió con Lula y otros funcionarios en Brasil.
El gigante petrolero Petrobras, controlado por el Estado, declinó hacer comentarios sobre lo que calificó de decisión gubernamental.