Bloomberg — La OCDE ha advertido de que las economías avanzadas del mundo se encaminan hacia una desaceleración cada vez más profunda, ya que la subida acusada de los tipos de interés se cobra un elevado peaje en la actividad que aún podría agravarse.
El crecimiento está perdiendo impulso en muchos países y no repuntará hasta 2025, cuando los ingresos reales se recuperen de la crisis inflacionista y los bancos centrales hayan empezado a recortar los costes de endeudamiento, según la organización con sede en París.
Prevé que el Producto Interno Mundial mundial crezca sólo un 2,7% el año que viene, tras un ya débil 2,9% en 2023. Según la evaluación, el ritmo sólo aumentará hasta el 3% en 2025.
Además, la OCDE dijo que los riesgos para las previsiones se inclinan a la baja en medio de las crecientes tensiones geopolíticas, una perspectiva incierta para el comercio, y el riesgo de que la política monetaria estricta podría perjudicar a las empresas, el gasto del consumidor y el empleo más de lo esperado.
“La inflación está disminuyendo, pero el crecimiento se ralentiza”, declaró Clare Lombardelli, Economista Jefe de la OCDE. “Proyectamos un aterrizaje suave para las economías avanzadas, pero está lejos de estar garantizado”.
La sombría perspectiva apunta a una larga resaca de la crisis de inflación mundial que siguió a la pandemia de Covid y a un aumento de los precios de la energía tras la invasión rusa de Ucrania.
Los bancos centrales reaccionaron con algunas de las subidas de tipos más bruscas y rápidas de la historia, y han indicado que podrían mantenerse en niveles altos durante algún tiempo.
Según la OCDE, aunque la inflación general ha disminuido, los precios subyacentes se mantienen estables, y la política monetaria debe seguir siendo restrictiva hasta que haya indicios claros de que las presiones subyacentes disminuyen de forma duradera.
Prevé que los recortes de tasas en EE.UU. no comenzarán hasta la segunda mitad de 2024, y no hasta la primavera de 2025 en la zona del euro. Esto contrasta claramente con las expectativas de los mercados, que calculan que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo relajarán su política monetaria ya en el primer semestre del próximo año.
La OCDE observó que, en general, los mercados emergentes van mejor que las economías avanzadas. Entre estas últimas, Europa va a la zaga de EE.UU., en parte porque los países son más sensibles a los tipos de interés, ya que dependen más de la financiación bancaria, según la organización.
La OCDE advirtió de que muchos gobiernos se enfrentan a “perspectivas fiscales difíciles” debido al aumento de los costes del servicio de la deuda. Para hacer frente al envejecimiento de la población y a la transición climática, los países deben redoblar sus esfuerzos a corto plazo para crear margen de maniobra para el gasto futuro.
“En resumen, la economía mundial se enfrenta a la inflación, la ralentización del crecimiento y las crecientes presiones fiscales”, declaró Lombardelli.
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