Bloomberg — El año que viene será uno de los más difíciles en el proceso de absorción de Credit Suisse en UBS Group AG (UBS), debido a los costos “pegajosos” que hay que afrontar antes de que los dos prestamistas se fusionen legalmente, declaró Colm Kelleher, Presidente de UBS.
“Cuando se realiza una integración tan masivamente complicada, la parte fácil de la pérdida inicial de puestos de trabajo es cuando te deshaces del personal”, dijo Kelleher en la Cumbre Bancaria Global del FT, celebrada el martes en Londres. El banco ha “superado con creces” la integración hasta ahora, afirmó.
El banco suizo sigue avanzando en la integración y reestructuración de varios años de su antiguo rival, que adquirió en un rescate de emergencia en marzo. La integración conlleva una serie de dificultades potenciales, desde el cierre de posiciones hasta la gestión de las responsabilidades legales heredadas de Credit Suisse.
“Tenemos que cerrar todas las entidades jurídicas de Credit Suisse, transferir todos esos datos antes de que podamos deshacernos de esas funciones de control y de los costos asociados”, dijo.
“En 2024 estamos muy centrados en asegurarnos de que fusionamos los bancos matrices legal y efectivamente, desmantelamos lo que era Credit Suisse AG, fusionamos las grandes filiales”, dijo Kelleher. “Y eso nos permitirá entonces abordar la cuestión de los costos”.
Las acciones de UBS estarán “totalmente revalorizadas” dentro de cinco años si la integración de Credit Suisse se lleva a cabo con éxito, dijo Kelleher.
El banco con sede en Zúrich registró una pérdida neta de US$785 millones en los tres meses hasta septiembre, su primera pérdida trimestral en casi seis años, ya que los costes para absorber Credit Suisse ascendieron a US$2.000 millones. Al mismo tiempo, el banco informó de una afluencia de clientes mayor de lo esperado en su negocio de gestión de patrimonios, impulsada por los primeros signos de estabilización en Credit Suisse.
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