Bloomberg — La confianza de los consumidores estadounidenses subió en noviembre por primera vez en cuatro meses, favorecida por unas opiniones más optimistas sobre las perspectivas del mercado laboral.
El índice del Conference Board subió a 102 este mes, frente al 99,1 de octubre, que se había revisado a la baja, según los datos publicados el martes. La estimación mediana de una encuesta de Bloomberg entre economistas apuntaba a una lectura de 101 puntos.
La medida de las expectativas avanzó, mientras que el indicador del grupo sobre las condiciones actuales descendió.
La constante desaceleración de la inflación está ofreciendo a los consumidores un alivio muy necesario tras años de fuertes subidas de precios. En combinación con un mercado laboral todavía resistente, esto ha permitido que los salarios reales empiecen a subir de nuevo y ha dado a los estadounidenses los medios para seguir gastando.
“En noviembre se observaron mejoras generales en todos los grupos de renta encuestados”, declaró Dana Peterson, economista jefe del Conference Board. “Los consumidores siguen preocupados por la subida de los precios en general, seguida de la guerra/conflictos y los tipos de interés más altos”.
Aumentó el porcentaje de consumidores que dijeron que el empleo era “abundante”. Sin embargo, la diferencia entre los que afirman que el empleo es “abundante” y los que afirman que es “difícil de conseguir”, una medida que los economistas siguen de cerca como indicador de la fortaleza del mercado laboral, apenas varió.
Los planes de compra se fortalecieron, y la proporción de consumidores que esperan comprar un coche, una casa o electrodomésticos importantes aumentó respecto al mes anterior. El indicador de la inflación esperada se redujo y un mayor porcentaje de consumidores declaró esperar tipos de interés más bajos para el próximo año.
La probabilidad percibida de recesión durante el próximo año cayó al nivel más bajo de 2023.
Datos independientes publicados la semana pasada por una encuesta de la Universidad de Michigan mostraron que las expectativas de inflación a corto plazo subieron a un máximo de siete meses en noviembre, mientras que las opiniones a largo plazo se mantuvieron en niveles no vistos en más de una década.
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