Bloomberg — Las acciones latinoamericanas han sido de las más beneficiadas por el repunte de todo desde que los rendimientos de los bonos del Tesoro tocaron techo. Tanto las acciones brasileñas como las mexicanas llevan en racha desde finales de octubre. No hay ninguna razón en particular para esperar que se detengan (siguen estando baratas), aunque podrían ralentizarse.
Están siendo impulsadas por un aumento del apetito por el riesgo en medio de la percepción de que las tasas en EE.UU. han tocado techo, y también por las expectativas de tipos más bajos en sus propios países. Los swaps prevén recortes de tipos de 70 puntos básicos en EE.UU. en los próximos 12 meses, 135 puntos básicos en México y 230 puntos básicos en Brasil.
El índice bursátil de referencia de México ha ganado un 10% desde el 23 de octubre. Ahora está chocando contra su 200-dma, pero aunque ese nivel es ocasionalmente relevante sobre una base intradía, no es un techo.
Los inversores extranjeros han invertido 15.400 millones de reales (3.100 millones de dólares) en acciones brasileñas este mes, la mayor cantidad desde agosto de 2022, y han vuelto a situar su posición larga neta en futuros del Ibovespa en el nivel de febrero. Los inversores extranjeros también pueden beneficiarse potencialmente de nuevas ganancias en la moneda, que aún no refleja el auge de las exportaciones del país, aunque una sequía provocada por El Niño amenaza ahora las futuras exportaciones agrícolas.
Tanto las acciones brasileñas como las mexicanas siguen pareciendo muy baratas en términos históricos. Las acciones mexicanas han alcanzado un PER históricamente bajo, mientras que el Ibovespa brasileño cotiza a unas 8,1 veces los beneficios a 12 meses, frente a una media de cinco años de 10,3 veces. Esta cifra está ligeramente distorsionada por un aumento masivo de los PER durante la pandemia, pero la media de 10 años es aún más alta. Las acciones brasileñas siguen estando baratas en comparación con su cotización anterior.
México es vulnerable a una recesión en EE.UU., pero como los operadores parecen confiar cada vez más en que la Reserva Federal logrará evitarla, ese riesgo se está disipando. El año que viene habrá elecciones, pero no es evidente que amenacen los valores de renta variable.
La candidata de la continuidad, Claudia Sheinbaum, es una tecnócrata orientada a los detalles. Su rival más cercana, Xóchitl Gálvez, es más favorable al mercado y ha prometido más inversión privada en la industria energética, algo que haría muy felices a los mercados de activos mexicanos. Sin embargo, tras las reticencias iniciales, los operadores mexicanos han aprendido a convivir con las excentricidades del Presidente Andrés Manuel López Obrador y es poco probable que su sucesor asuste a las bolsas.
En Brasil, mientras tanto, los riesgos políticos se desvanecen a medida que el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva respalda a su Ministro de Finanzas, Fernando Haddad, que ha demostrado ser más conservador de lo que los analistas temían cuando fue nombrado por primera vez. La amenaza en Brasil es el gasto fiscal, pero en este caso, el gobierno lucha del lado de la prudencia fiscal.
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