Las enfermedades no transmisibles están rediseñando el entorno médico en la región

El Head de Roche Pharma para LatAm dijo a Bloomberg Línea que la adaptación de los sistemas de salud a las enfermedades no transmisibles es una oportunidad estratégica

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Barcelona, España — Un cambio de paradigma preocupa a la industria farmacéutica y pone a prueba a las empresas que operan en América Latina: tanto la carga de morbilidad como la demanda de tratamientos están mudando y la estructura de los sistemas de salud aún no es capaz de hacer frente a este giro. Este entorno de transformación pone de relieve la necesidad de que los países de la región se adapten, según Rolf Hoenger, Head de Roche Pharma para Latinoamérica, en una entrevista a Bloomberg Línea.

En 2022, Roche representaba un 6% del mercado farmacéutico mundial, que abarcaba un valor estimado en US$1.480 millones, según cálculos de Statista, solamente detrás de Pfizer, con un 9% de participación.

Para Hoenger, América Latina está en un punto de inflexión donde la adaptación de los sistemas de salud a las enfermedades no transmisibles no es solo una necesidad médica sino también una oportunidad estratégica para impulsar el desarrollo y crecimiento económico de la región.

Estrecha relación con Latinoamérica

Como ejecutivo de Roche Pharma, Hoenger lleva diez años viviendo en Brasil y otros 23 años residiendo en países como Argentina, Perú, Colombia, Ecuador y otros de Centroamérica. Él también creó la división de Roche en Asia. Desde que llegó a tierras latinoamericanas, vio cómo las enfermedades no transmisibles (ENT), como las afecciones cardiovasculares, el cáncer y los trastornos de salud mental, están rediseñando el contorno de la atención médica en la región.

Las ENT representan un desafío mayor al que la industria y los gobiernos estaban acostumbrados, comenta. “Requieren una perspectiva de manejo a largo plazo y una infraestructura que actualmente no está desarrollada en muchos países latinoamericanos.”

El directivo enfatiza la urgencia de que los sistemas de salud se adapten para gestionar estas condiciones crónicas, las cuales requieren un enfoque de atención sostenido y de largo plazo, muy diferente al requerido para las enfermedades infecciosas que tradicionalmente han dominado la carga de morbilidad en la región.

Más allá de los fármacos

Sin embargo, para enfrentarse a esta situación no basta invertir en nuevos fármacos. “No es sólo una cuestión de medicamentos, sino de cómo los sistemas de salud integran la prevención, la detección temprana y el tratamiento continuo de estas condiciones”, explica.

Para Hoenger, la inversión en innovación es esencial para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de los sistemas de salud. “Hay que convencer a los gobiernos de que la salud no es un gasto, sino una inversión con un tangible retorno económico y social”. El ejecutivo comentó, citando un informe de McKinsey, que cada dólar invertido en salud puede duplicar su retorno en la economía, generando un impacto económico positivo que trasciende los beneficios sanitarios inmediatos.

En este sentido, el directivo resalta la importancia de políticas públicas inclusivas que garanticen la equidad en el acceso a la salud. Dio un ejemplo para dimensionar las pérdidas “en partida doble” de una política pública de salud ineficaz. “Imagínate un niño con una hemofilia severa. Probablemente no podrá ir a la escuela por la falta de infraestructura de la institución de enseñanza para atender a una emergencia. Y si está en casa, sobre todo en realidades como las de América Latina, su mamá no podrá trabajar porque tendrá que cuidar al niño. Entonces nos enfrentamos a dos problemas, un niño que no se educa y una mamá que sale del mercado laboral”.

Visión holística, tecnología y adquisiciones estratégicas

Una visión holística de la salud, donde la prevención, detección y tratamiento tempranos, junto con políticas públicas efectivas y la participación de actores privados, pueden crear un ecosistema de salud más resiliente y preparado para enfrentar las enfermedades no transmisibles es necesaria, según el ejecutivo.

El enfoque no es solo médico sino también tecnológico y organizativo, evalúa Hoenger. La implementación de tecnologías emergentes, como la Inteligencia Artificial (IA) para la detección temprana de enfermedades, y la colaboración entre diversos sectores pueden ofrecer soluciones innovadoras que mejoren tanto la calidad como la accesibilidad de la atención. “Estamos hablando de un salto cualitativo en la atención a través de la inteligencia artificial, la telemedicina y la digitalización de los datos de salud”, señala.

En un contexto donde se diagnostican 1,67 millones de casos de cáncer de mama anualmente en el mundo, la aplicación de avanzadas técnicas de secuenciación genética y análisis de datos, respaldados por la inteligencia artificial, “ha permitido a Roche identificar marcadores genéticos únicos y anticipar respuestas a tratamientos”, dice el directivo.

En esta línea, explica Hoenger, Roche ha integrado soluciones como Flatiron Health, líder en datos oncológicos, y Foundation Medicine, especializada en el perfilado genómico integral del tumor, para identificar terapias específicas, inmunoterapias y ensayos clínicos adaptados a cada paciente.

Además del uso de la tecnología, el grupo también ve como claves las estrategias de inversión y adquisiciones de empresas innovadoras. Un ejemplo es el reciente acuerdo para adquirir Telavant, subrayando su enfoque en el desarrollo de fármacos experimentales. Roche ha destinado inicialmente US$ 7.100 millones en esta transacción con Roivant Sciences y Pfizer, consolidando su posición en el campo de la enfermedad inflamatoria intestinal, una afección que afecta a cerca de 8 millones de personas en todo el mundo.

El avance de las big tech en la salud

Grandes empresas tecnológicas como Apple, Amazon, Google y Microsoft están cada vez más implicadas en la rama de salud, lanzando servicios innovadores que en principio eran dominio de las farmacéuticas. Los laboratorios, por su parte, están cambiando sus modelos de negocio hacia servicios innovadores, con algunas empresas incluso dejando de ser fabricantes de medicamentos para convertirse en proveedores de tecnologías y datos.

Preguntado por este avance cada vez mayor de las big tech en el sector sanitario, el ejecutivo considera que la incursión de estas empresas en el sector de la salud puede ser tanto un desafío como una oportunidad. La clave, según él, es “colaborar” con estas nuevas fuerzas del mercado. “Hay campo para todos. Para unos, el core es desarrollar nuevas medicinas, mientras que para otros es trabajar los datos y diagnosticar. Cuando hay una especie de ‘consorcio’ para trabajar en la solución de los problemas, es lo ideal”, afirma. Él no descarta que, en medio de las colaboraciones, pueda haber algún movimento de compra. “Puede ser.”

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