Las elecciones argentinas del pasado 19 de noviembre dieron por concluido un año de elecciones en la región y terminaron de “pintar” el color político de Latinoamérica. La elección de Javier Milei como próximo presidente de la Argentina sumó un nuevo color, el de la ultra derecha, según la propia definición de quien se autodenomina “un liberal libertario”.
Hasta ahora solo Haití ostentaba esa denominación con la asunción del nacionalista Ariel Henry en 2021, luego de ser elegido por Jovenel Moïse como su sucesor dos días antes de su asesinato.
Sin embargo, pese a las definiciones, la región ostenta matices que ladean en algunas políticas con otros espectros.
Los últimos años estuvieron signados por la preeminencia de gobiernos de izquierda, pero luego de esa oleada candidatos de derecha comenzaron a llegar al poder, y luego casi cíclicamente la izquierda volvió una vez más al poder.
Según recopila Statista, en 2021 y 2022, los electores de siete países de la región eligieron democráticamente cambiar el signo político de su gobierno nacional. “En la mayoría de ellos (un total de cinco Estados), el cambio implicó la salida de una administración con un enfoque más identificado con la derecha y la entrada de un gobierno más progresista o del espectro de la izquierda. Se trata de Perú, Honduras y Chile en 2021, a los que se les suman Colombia y Brasil en 2022″.
Sólo en dos de los países latinoamericanos que tuvieron elecciones presidenciales en los últimos dos años se produjo un cambio en la dirección inversa: Ecuador, cuyo gobierno saliente afín a la izquierda (Lenín Moreno) fue sucedido por uno de derecha en 2021 (Guillermo Lasso), y Costa Rica, donde el signo político cambió desde una ideología de centro a una más conservadora en 2022, específicamente centro-derecha, según datos de la consultora.
El vaivén que se vio claramente fue el de Brasil, donde el candidato de derecha Jair Bolsonaro llegó a la presidencia para ejercer su cargo entre 2019 y 2020, para luego de ese momento el país girara nuevamente hacia la izquierda con la elección de Luiz Inácio Lula da Silva, quien estará en el poder hasta 2026.
También hace una semanas el Consejo Nacional Electoral (CNE) entregó las credenciales al nuevo presidente de Ecuador, Daniel Noboa Azín, y a su vicepresidenta electa, Verónica Abad, quienes asumirán en los próximos días, y ambos son de extracción centro-derecha.
En Paraguay, el período del presidente de derecha Mario Abdo Benítez expiró en agosto y en su remplazo fue electo el candidato también del mismo signo Santiago Peña para el 2023-2028.
Guatemala celebró elecciones en junio pasado donde se decidió que Alejandro Giammattei sea sucedido por Bernardo Arévalo a quien los medios califican como el gobierno más progresista en la historia de ese país.
Según su signo político, el mapa quedaría así:
México: izquierda
Honduras: izquierda
Nicaragua: izquierda
Cuba: izquierda
República Dominicana: centro-izquierda
Costa Rica: derecha
Guatemala: derecha; próximanente izquierda
El Salvador: derecha
Puerto Rico: derecha
Panamá: centro-derecha
Colombia: izquierda
Venezuela: izquierda
Brasil: izquierda
Ecuador: centro-derecha
Perú: centro-izquierda
Bolivia: izquierda
Argentina: izquierda; próximamente ultra derecha
Chile: izquierda
Paraguay: derecha
Uruguay: derecha
Con 13 países que se consideran alineados a la izquierda y 10 a la derecha o centro-derecha, la región se encuentra en un fino balance, pero que puede experimentar transformaciones significativas en nuevas elecciones presidenciales. Sin embargo, persistirá en un clima tenso marcado por la incertidumbre sobre los nuevos gobiernos, a los cuales las sociedades miran de cerca como quien otorga un crédito a corto plazo