Bloomberg Línea — “Todo pasa, sólo los diamantes son eternos”.
El lema del cuarto libro (1956) sobre el clásico espía británico James Bond, escrito por Ian Fleming, generaría una duda contemporánea: ¿naturales o sintéticos? Los llamados “diamantes de laboratorio” deberían empezar a ganar terreno en el mercado nacional el año que viene, con el lanzamiento previsto de una colección de la empresa danesa Pandora, una de las mayores joyerías del mundo.
La filial brasileña confirmó a Bloomberg Línea que se espera que la colección llegue a sus tiendas en el país en 2024, aunque todavía no se ha anunciado ninguna fecha. Pandora prefiere que el producto se describa como “diamantes de laboratorio” en lugar de sintéticos.
Ejecutivos y expertos independientes en el mercado de gemas aún están tratando de calibrar el potencial de expansión de este nuevo segmento, que se dirige principalmente a los consumidores más jóvenes, como la Generación Z (nacidos entre la segunda mitad de la década de 1990 y principios de la de 2010).
En agosto, la empresa con sede en Copenhague incluyó a Brasil, México y Australia en la lista de países en los que se espera comenzar a vender colecciones con diamantes de laboratorio, ampliando la distribución geográfica del producto, que comenzó en el Reino Unido, EE.UU. y Canadá.
El calendario anunciado inicialmente preveía la plena implantación en los mercados en el primer trimestre. Los precios de las joyas de las colecciones que se pondrán a la venta comienzan en US$290, según el material divulgado en agosto.
En 2022, las ventas mundiales de diamantes cultivados en laboratorio crecieron un 28%, alcanzando los US$12.000 millones, según una estimación realizada por Paul Zimnisky, analista con sede en Nueva York, a la CNBC la semana pasada. El experto estimó que este mercado alcanzará los US$18.000 millones en 2024.
“Pandora está siguiendo el ejemplo de De Beers, la mayor minera de diamantes del mundo, que lanzó la colección Ligthbox hace dos años. El mercado se sobresaltó con la movida porque De Beers representa la minería tradicional, pero demostró que puede trabajar con ambos productos”, dijo a Bloomberg Línea Ali Pastorini, empresaria y consultora de Rio Grande do Sul, que fue miembro del comité ejecutivo de la Bolsa de Diamantes de Panamá, la única de América Latina.
Al anunciar el cronograma para el inicio de las ventas de piezas con piedras cultivadas en laboratorios de Brasil y México, el CEO mundial de Pandora, Alexander Lacik, adoptó el discurso de “democratizar” el segmento de diamantes en todo el mundo con precios más accesibles.
“Los consumidores de Norteamérica y el Reino Unido han acogido bien nuestros diamantes cultivados en laboratorio y seguiremos haciéndolos accesibles a más personas en todo el mundo ampliando nuestras colecciones y nuestra distribución. Tenemos grandes ambiciones para la categoría”, dijo Lacik en un comunicado.
Pandora no respondió a la solicitud de comentarios de Bloomberg Línea.
El plan es distribuir los diamantes sintéticos en más de 700 unidades en EE.UU., Canadá, Reino Unido y Australia, así como a través de canales digitales. En Brasil, Pandora tiene más de 90 puntos de venta.
Los jóvenes al centro
Para Pastorini, la nueva rama de la industria de la joyería se centra principalmente en los jóvenes de la Generación Z, que sueñan con lucir joyas de diamantes, pero no quieren o no pueden permitirse piedras naturales.
“La pieza más cara de la colección de diamantes de laboratorio de De Beers cuesta US$800. Los jóvenes de entre 18 y 20 años quieren un diamante para lucirlo. El interés de este nuevo público por las piedras preciosas es positivo para todo el mercado de la joyería. No es una moda pasajera. Ha venido para quedarse”, afirma Pastorini.
Las auténticas colecciones de diamantes cuestan decenas de miles de dólares.
En su opinión, el público tradicional de diamantes naturales, que invierte en piedras preciosas para proteger su patrimonio y en busca de estatus, debería seguir siendo el principal objetivo de los joyeros, mientras que el nuevo nicho sintético debería tardar al menos diez años en madurar y consolidarse.
“Hacemos encuestas a los clientes. Están interesados en saber más sobre los diamantes cultivados en laboratorio, pero sobre todo los más mayores acaban optando por invertir en los diamantes naturales, más caros”, afirma la consultora y socia de la marca Del Lima.
Producción en semanas
Los expertos consideran que los diamantes sintéticos son idénticos a los extraídos de las minas, con la diferencia de que se crean en un laboratorio y no en una mina.
Las gemas pueden fabricarse en cuestión de semanas en una cámara de microondas. Tienen las mismas características ópticas, químicas, térmicas y físicas y se clasifican según las normas de talla, color, claridad y quilates.
En el caso de la joyería danesa, desde agosto de 2022, las colecciones Pandora Lab-Grown Diamonds se fabrican con diamantes cultivados en laboratorio.
“Antes existía el mito de que solo las personas muy ricas podían tener un diamante. Era un sueño imposible para la mayoría de la gente. Con los sintéticos y sus precios competitivos, se atraerá a nuevos clientes. Esto calienta el mercado de la joyería en su conjunto, y puede que en el futuro el nuevo consumidor de diamantes busque algo mejor y compre una piedra natural”, afirma Pastorini.
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