Bloomberg — El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el líder chino, Xi Jinping, acordaron esfuerzos conjuntos para combatir el fentanilo, restablecer las comunicaciones militares de alto nivel y mantener un diálogo sobre inteligencia artificial en una cumbre en la que los dos mandatarios buscaron reparar una relación bilateral bajo intensas tensiones.
La discusión también incluyó una extensa discusión sobre política exterior, en la que Xi negó los informes de que China estuviera preparando planes para una invasión masiva de Taiwán, según funcionarios estadounidenses.
Biden respondió que Estados Unidos creía en el status quo y pidió a los chinos que respeten el próximo proceso electoral. El líder estadounidense también dijo que China debería repensar los ejercicios militares acelerados en la región.
Los funcionarios estadounidenses también presionaron a sus homólogos chinos para que discutieran el conflicto entre Israel y Hamás con Irán, que apoya financieramente al grupo clasificado como organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
Biden y Xi se reunieron el miércoles 15 de noviembre en los amplios terrenos de la finca Filoli en la ciudad de Woodside, a unas 40 millas al sur de San Francisco. En la reunión, que duró más de cuatro horas, también se llegó a un acuerdo para trabajar para aumentar los vuelos entre los dos países el próximo año, según la agencia de noticias Xinhua.
En un mensaje en X, antes conocido como Twitter, Biden dijo que las conversaciones fueron “algunas de las más constructivas y productivas que hemos tenido”.
La reunión, cuidadosamente coreografiada, contó con varias sesiones, incluido un almuerzo de trabajo con raviolis de ricotta con hierbas, pollo tradicional y pastel de merengue de almendras, con las parejas y sus principales ayudantes reunidos en una apartada mansión georgiana centenaria al sur de San Francisco.
Los líderes de las dos economías más grandes del mundo no habían hablado durante un año, un período en el que la relación entre Estados Unidos y China se tambaleó por una serie de errores diplomáticos y militares y una competencia económica cada vez más intensa.
Altos funcionarios estadounidenses caracterizaron el acuerdo de China para combatir el fentanilo como el más importante de la cumbre, y dijeron que Biden le dijo a Xi que planteaba uno de los peores problemas de drogas que había enfrentado Estados Unidos.
Los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que observarían de cerca para ver si China cumple su promesa.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, más de 150 personas en EE. UU. mueren cada día por sobredosis relacionadas con opioides sintéticos. Y el tema se ha convertido en un punto de tensión política, ya que los candidatos presidenciales republicanos han prometido usar la fuerza militar contra los cárteles de la droga en México y perturbar los lazos económicos entre Estados Unidos y China a menos que Beijing tome medidas sobre el tema.
La medida para recargar las comunicaciones entre militares de alto rango también ocupó un lugar destacado en la agenda luego de una serie de encuentros cercanos entre barcos y aviones chinos y estadounidenses en los últimos meses.
China aceptó mantener conversaciones a nivel político con el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, y su homólogo chino, así como compromisos operativos en altos niveles militares, según los funcionarios estadounidenses.
Esto restablece los canales de comunicación que China interrumpió entre los dos países el año pasado en protesta por la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán.
Desde entonces, los funcionarios estadounidenses han presionado intensamente para reanudar las conversaciones. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, detalló la reciente interceptación por parte de un avión chino de un B-52 estadounidense en el espacio aéreo internacional sobre el Mar de China Meridional durante la reciente visita del Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi a Washington, según una persona familiarizada con la discusión.
Blinken notó que la mesa en la que él y Wang estaban sentados tenía 10 pies (el mismo espacio entre los dos aviones durante el incidente) para resaltar la necesidad de restablecer las comunicaciones para evitar conflictos, según la persona, que habló bajo condición de anonimato.
En cuanto a la inteligencia artificial, las dos partes acordaron entablar un diálogo para evitar que la tecnología emergente se implemente de manera que pueda desestabilizar la seguridad global, según los funcionarios estadounidenses.
Biden ha hecho de la regulación de la IA un foco de su administración, firmando una orden ejecutiva el mes pasado que asigna a las agencias federales el establecimiento de estándares de seguridad y exige a los desarrolladores que prueben de forma segura los nuevos modelos antes de lanzarlos al público.
No toda la conversación fue seria. Biden y Xi, que se conocen desde hace años y solían reunirse cuando ambos eran vicepresidentes de sus respectivos países, intercambiaron recuerdos de interacciones anteriores.
En un momento, Xi agradeció en broma a Biden, que celebrará su cumpleaños la próxima semana, por recordarle que la celebración de su esposa también se acercaba.
Antes de la reunión Biden-Xi, Estados Unidos y China emitieron una declaración que detalla nuevos compromisos para cooperar en materia de cambio climático, con promesas de construir instalaciones de captura de carbono, reducir la contaminación del sector energético y apuntar a todo el conjunto de gases de efecto invernadero que ayudan.
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