El mundo necesita US$172.000 millones más para hacer frente al cambio climático

La cantidad que los países dicen necesitar para reforzar las infraestructuras ante un clima más extremo supera con creces las cifras generadas por los modelos de análisis

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Un desastre de US$30.000 millones es sólo la punta de un ciclo climático mortal
Por Nathaniel Bullard
16 de noviembre, 2023 | 06:27 PM

Bloomberg — El Programa de la ONU para el Medio Ambiente ha publicado recientemente su Informe anual sobre la brecha de adaptación, en el que examina cuánta financiación necesitarán los países en desarrollo del mundo para resistir los impactos del cambio climático. El informe ofrece una comprensión compleja pero constructiva de la inversión necesaria, empezando por el llamativo déficit actual. Según el PNUMA, “las necesidades de financiación para la adaptación son entre 10 y 18 veces mayores que los actuales flujos de financiación pública internacional para la adaptación, al menos un 50% más de lo que se había estimado”.

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No hay una única evaluación de la inversión necesaria para la adaptación; de hecho, hay dos, y tienen cifras en dólares significativamente diferentes. La primera es el coste “modelizado” de la adaptación, que se basa en un “análisis de la adaptación necesaria para reducir los riesgos climáticos incrementales, en relación con un periodo de referencia, sin tener en cuenta cómo se financia”. El PNUMA cifra este coste en 215.000 millones de dólares anuales para esta década.

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La segunda son las “necesidades financieras de adaptación de los países”, que se refieren a los “recursos financieros que necesitan los países de fuentes internacionales y nacionales” para aplicar los planes nacionales de adaptación. Esta evaluación refleja la valoración de los propios países de lo que podrían costar los programas de adaptación, así como las necesidades específicas de adaptación que los países han identificado. El PNUMA afirma que esta cifra es casi el doble del coste modelizado, de US$387.000 millones al año durante esta década.

Asía requiere de más inversión

Profundizando en las cifras, la mayor diferencia entre los costos previstos y las necesidades de financiación se da a nivel regional. Los costos calculados para adaptar América Latina y el Caribe al cambio climático son casi el doble de lo que los países de esa región dicen necesitar. Por otro lado, los países del sur de Asia afirman que necesitan más del doble de lo que muestran los costos modelizados.

Tanto los costos modelizados como las necesidades de financiación indican que Asia Oriental necesitará la mayor parte, o alrededor del 40%, de todos los dólares de inversión en adaptación entre 2020 y 2030. Sin embargo, esto varía mucho de los flujos de financiación de la adaptación actuales; el África subsahariana recibe actualmente la mayor parte (aproximadamente el 30%) de esta inversión.

El informe del PNUMA sobre la brecha de adaptación señala otros dos puntos clave para la financiación de la adaptación de aquí a 2030.

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El primero se refiere a las necesidades relativas de financiación de la adaptación según el nivel de ingresos de los países. Como señala el informe, los países de renta media alta y baja tienen los “costes absolutos” más elevados para la adaptación.

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Sin embargo, las necesidades de inversión en adaptación de los países más ricos son relativamente bajas si se consideran como porcentaje de sus niveles absolutos de renta: sólo el 0,7% del producto interno bruto para los países de renta media-baja y el 0,5% del PIB para los países de renta media-alta. Los países de renta baja, a pesar de sus necesidades absolutamente menores, tienen una carga de inversión en adaptación mucho mayor como porcentaje del PIB, un 3,5%. Esto hace que el apoyo internacional a estos esfuerzos sea aún más importante.

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El segundo punto es que la inversión en adaptación no sólo es necesaria inmediatamente, sino que lo será de forma continuada en un futuro previsible. Aunque lleguemos a cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050, los efectos de los niveles aún elevados de dióxido de carbono atmosférico nos acompañarán durante décadas. Eso significa que tenemos que estar preparados para invertir no sólo en las necesidades de adaptación que son evidentes hoy, sino también en las que descubriremos en los próximos años.

A medida que empeoren los efectos del cambio climático, la adaptación no será opcional; y la financiación de la adaptación tampoco lo será.

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