Bloomberg — El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, iniciaron este miércoles su primera reunión en más de un año con la esperanza de reparar una relación tensa por la competencia económica y los tropiezos militares y diplomáticos.
“Siempre he encontrado nuestras discusiones directas y francas”, dijo Biden al abrir su tan esperada cumbre, reconociendo las difíciles conversaciones que se avecinan. “No siempre hemos estado de acuerdo, lo que no sorprendió a nadie, pero nuestras reuniones siempre han sido sinceras, directas y útiles”.
“Tenemos que asegurarnos de que la competencia no se convierta en conflicto. Y también tenemos que gestionarlo de manera responsable”, agregó Biden.
Xi calificó la relación entre Estados Unidos y China como “la relación bilateral más importante del mundo”.
“Para dos grandes países como China y Estados Unidos, darse la espalda no es una opción”, dijo Xi. “No es realista que una parte remodele a la otra y el conflicto y la confrontación tienen consecuencias insoportables para ambas partes”.
La reunión, cuidadosamente coreografiada, se llevó a cabo al sur de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en San Francisco, en los amplios terrenos de la finca Filoli, en la ladera oriental de las montañas de Santa Cruz.
La reunión, entre 16 acres de exuberantes jardines otoñales, oculta una agenda embriagadora, y se espera que los líderes finalicen la reanudación de la comunicación entre militares con la esperanza de evitar confrontaciones en el Pacífico, así como un esfuerzo integral de aplicación de la ley china para tomar medidas enérgicas contra las redes de fabricación y distribución de fentanilo.
Los líderes se saludaron y se dieron la mano en una alfombra roja desplegada fuera de la aislada mansión georgiana centenaria ubicada en el extremo sur del embalse de Crystal Springs.
Biden dijo que los dos discutirían el cambio climático y la inteligencia artificial. También se espera que sus conversaciones incluyan discusiones sobre el estatus de Taiwán y los conflictos que involucran a Ucrania e Israel. Es probable que los funcionarios chinos busquen la reversión de los controles de exportación, los aranceles y las restricciones a la inversión en Estados Unidos.
Cumbre coreografiada
Se espera que la reunión siga aproximadamente el mismo formato que su reunión anterior en Bali, Indonesia, en noviembre de 2022. Biden y Xi comenzaron con una reunión con asesores cercanos. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, el secretario de Estado, Antony Blinken, y la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, asisten a las conversaciones, con el ministro de Finanzas chino, Lan Fo’an, y el ministro de Comercio, Wang Wentao, entre la delegación china.
Después de un descanso, un grupo más grande se reunirá para charlas adicionales, y se espera que el tiempo total de la reunión se extienda durante horas.
Una vez que concluyan, se espera que Biden ofrezca una conferencia de prensa, mientras que Xi regresa a San Francisco para una cena con altos ejecutivos estadounidenses.
Funcionarios estadounidenses y chinos pasaron semanas discutiendo la agenda y la estructura del evento, y los asesores reconocieron que cada detalle de la visita sería analizado.
La elección de Filoli evoca las reuniones informales celebradas entre Xi y el expresidente Barack Obama en Sunnylands, en las afueras de Palm Springs, donde la pareja se arremangó literal y metafóricamente durante días de conversaciones.
Horas antes de la reunión Biden-Xi, Estados Unidos y China emitieron una declaración en la que detallan nuevos compromisos para cooperar en materia de cambio climático, con promesas de construir instalaciones de captura de carbono, reducir la contaminación del sector energético y apuntar al conjunto completo de gases de efecto invernadero que ayudan a calentar el planeta.
Se considera que la declaración de los dos principales emisores de gases de efecto invernadero del mundo inyecta un nuevo impulso antes de la crucial cumbre COP28 que comienza en Dubái este mes, lo que aumenta las probabilidades de éxito de las negociaciones, al tiempo que subraya su alarma compartida sobre el cambio climático.
La lucha contra el calentamiento global es una de las pocas áreas de consenso entre Pekín y Washington.
Un funcionario estadounidense, que informó a los periodistas antes de la reunión bajo condición de anonimato, dijo que debido al poder que Xi había consolidado dentro de China, la reunión ofrecía una rara oportunidad para hacer cambios en la relación, y que lo que está en juego no podría ser mayor.
La economía de China
Antes de la reunión, Biden dijo que sus objetivos incluían ayudar a la economía de China, siempre que el crecimiento no se produjera a expensas de la propiedad intelectual de Estados Unidos.
“Si el ciudadano promedio en China pudiera tener un trabajo bien remunerado, eso los beneficia a ellos y nos beneficia a todos”, dijo. “Pero no voy a seguir apoyando posiciones en las que, si queremos invertir en China, tenemos que entregar todos nuestros secretos comerciales”.
Estados Unidos no planeaba anunciar cambios en su régimen arancelario o sanciones contra entidades chinas a pesar de esperar que Xi impulsara el tema, dijo el funcionario estadounidense.
La inseguridad económica puede explicar en parte la voluntad de Xi de comprometerse a pesar de los enfrentamientos de alto perfil por un globo espía chino errante y la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán. Una crisis en el sector inmobiliario de China ha lastrado la recuperación pospandémica del país, ya que su economía ya no está en camino de superar a la estadounidense.
“El mundo ha salido de la pandemia de Covid, pero todavía está bajo sus tremendos impactos”, dijo Xi al comienzo de la reunión. “La economía mundial se está recuperando, pero su impulso sigue siendo lento. Las cadenas de suministro industriales siguen bajo la amenaza de interrupción y el proteccionismo está aumentando. Todos estos son problemas graves”.
Las tenencias extranjeras de acciones y deuda del país han caído en alrededor de 1,37 billones de yuanes (188.000 millones de dólares), o un 17%, desde un máximo de diciembre de 2021 hasta finales de junio de este año, según cálculos de Bloomberg basados en datos del banco central.
Aun así, el comercio bilateral entre Estados Unidos y China ascendió a casi 760.000 millones de dólares en 2022, mientras que el valor de las inversiones en activos físicos y financieros se situó en 1,8 billones de dólares.
Ambos líderes deben andar con cuidado por sus audiencias nacionales, en particular por Biden, que se enfrenta a una difícil reelección.
Una encuesta de Bloomberg News/Morning Consult de este mes encontró que el 46% de los votantes de los estados indecisos dijeron que confían en el expresidente Donald Trump, el favorito del Partido Republicano, en China, en comparación con el 34% de Biden.
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