Bloomberg — Una grave sequía en la región amazónica está perturbando los envíos de grano más de lo previsto, según uno de los principales operadores de barcazas de Brasil.
Al no poder mover sus barcazas llenas de productos como maíz y soja, Hidrovias do Brasil SA prevé unos resultados para este año inferiores a los pronosticados anteriormente, según dijeron los ejecutivos de la empresa el martes en una conferencia sobre resultados.
“La situación se ha agravado de forma muy abrupta”, declaró Fabio Abreu Schettino, Consejero Delegado.
La empresa opera a lo largo de una ruta conocida como el Arco Norte, un conjunto de puertos a lo largo del Amazonas y la costa atlántica nororiental que transportan cosechas desde las explotaciones agrícolas del centro de Brasil. Según las mediciones de la propia empresa en uno de los ríos de la región, los niveles de agua son aproximadamente un 40% más bajos que en el mismo periodo del año pasado.
La sequía reduce la cantidad de carga que puede transportarse y obliga a dividir los volúmenes en porciones más pequeñas para que las barcazas puedan atravesar los puntos críticos donde los ríos están en su nivel más bajo. Debido a estas dificultades y a la previsión de paradas por mantenimiento, Hidrovias recortó sus previsiones.
Las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización no alcanzarán más de 770 millones de reales (158 millones de dólares) este año, dijo la compañía en una presentación. Esta cifra es casi un 15% inferior a las expectativas anteriores del mercado, según un informe de XP Investimentos. La empresa incurrirá en altos costes por operaciones ineficientes, según escribieron en el informe los analistas dirigidos por Pedro Bueno.
Aunque Hidrovias espera que los niveles de agua se recuperen en los próximos meses, la sequía amazónica ya ha tenido consecuencias en todo el sistema logístico de Brasil. Ello se debe a que las exportaciones de grano se están desviando a los abarrotados puertos del sureste. Mientras los agricultores recogen cosechas abundantes de cereales y una cosecha récord de azúcar, los barcos esperan hasta 40 días para cargar azúcar en el mayor puerto de Brasil.
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