Bogotá — Desde empresas de criptomonedas hasta marcas de cervezas y de viodejuegos auspician la Copa Libertadores, el torneo de clubes fundado en 1960 y para el que los equipos de fútbol más poderosos de Sudamérica realizan millonarias inversiones para ganar la competición.
La Copa Libertadores es uno de los torneos de fútbol más importantes del mundo y cautiva a millones de espectadores cada año que siguen a sus equipos en la senda hacia la llamada gloria eterna.
La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), ente rector del fútbol sudamericano, informó que toda la boletería dispuesta para los aficionados se agotó para la final entre el argentino Boca Juniors y el brasileño Fluminense.
Si fuese por el valor de mercado de los clubes, la ventaja sería para los argentinos en ese pulso millonario de inversiones por tener la nómina más costosa del continente y, sobre todo, la más competitiva.
De acuerdo al portal alemán estadístico Transfermarkt, el valor de mercado de Boca Juniors es más alto con $79,53 millones de euros, mientras el de Fluminense es de $77,30 millones de euros.
Pero estas cifras están muy por debajo del valor de mercado de los clubes más poderosos financieramente de la región, un listado dominado por equipos de Brasil.
El primero en la lista es Flamengo (160,70 millones de euros), seguido por Palmeiras (160,30 millones de euros) y Club Athletico Paranaense (96,80 millones de euros). En el top 10, no figura ningún club fuera de Brasil o Argentina.
El jugador más valioso de la competición de clubes sudamericanos en su más reciente edición es Vitor Roque, de Club Athletico Paranaense (cedido por el F.C. Barcelona), con 32 millones de euros.
El modelo del fútbol como negocio
El profesor de la Universidad de los Andes, Jorge Tovar, explica a Bloomberg Línea que el lucrativo negocio del fútbol y su relación publicitaria se empieza a moldear como se conoce hoy en la época en la que el ejecutivo brasileño João Havelange (1916-2016) estaba haciendo campaña para la presidencia de la FIFA.
“Havelange ganó la campaña para la FIFA vendiendo a los africanos, a los asiáticos y a los caribeños la idea de que iba a expandir el Mundial en cuanto al número de equipos. Para hacerlo, necesitaba más dinero. (…) Dijeron: ‘El Mundial es de la FIFA y vamos a controlar todo lo que tiene el Mundial’. Es decir, toda la publicidad interna es de la FIFA: ‘Vamos a vender esto no a empresas pequeñas, sino a grandes multinacionales’”, contó Tovar.
El modelo estuvo influenciado por el rol de International Sport and Leisure (ISL), una compañía de mercadeo deportivo que fue fundada en 1983 por el expropietario de Adidas, Horst Dassler. La organización mantuvo un vínculo estrecho con la FIFA durante años hasta que quebró en 2001 con deudas millonarias.
Jorge Tovar explica que el empresario alemán le garantizaba a la FIFA los ingresos a cambio de explotar esos derechos relacionados con el negocio del Mundial de fútbol, pero no con las tácticas más idóneas y éticas.
ISL realizó sobornos por unos US$100 millones a la FIFA en los años 90 para hacerse con los derechos de mercadeo y televisivos de los principales eventos futbolísticos. Estas operaciones fraudulentas salpicaron a João Havelange y al expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira.
El modelo significó un giro en el negocio del fútbol, puesto que antes cada equipo vendía los derechos de sus partidos. No obstante, estos empezaron a ganar un tipo de comisión para cederlos a los diferentes entes rectores.
Es así que cada región comenzó a adoptarlo, empezando por la UEFA (confederación europea de asociaciones nacionales de fútbol) y su renovada Copa de Europa, que desde 1992 se llama Liga de Campeones en el marco de esta transición.
En cada partido de la Liga de Campeones, agregó Tovar, la publicidad “es uniforme, vendida por la UEFA. Y eso en Sudamérica se tomó a finales de los 90, tanto como para la Copa América, como para la Copa Libertadores”.
Para el académico, esto no solo se ha visto reflejado en los ingresos de la Conmebol, organizadora de la Copa Libertadores, sino también en los premios que se otorgan a los ganadores de la competición, lo que se termina traduciendo en las inversiones que realizan los clubes con mejor desempeño.
La bolsa millonaria de la Libertadores
La Copa Libertadores es un negocio redondo para los organizadores y para los clubes que participan, pues por cada partido ganado durante la fase de grupos los equipos obtuvieron un premio de US$300.000.
La bolsa de millonarios premios para los equipos de la Libertadores totalizan unos US$207,8 millones, un aumento del 21% frente a la edición pasada.
También es una cifra notablemente superior frente a los premios del segundo torneo más importante de la región, la Copa Sudamericana, que equivalen a US$77,8 millones.
En el torneo participan un total de 47 clubes de Sudamérica que disputan 155 partidos.
En la Libertadores ya no solo compiten los equipos, sino también las ciudades, luego de que la Conmebol decidiera que desde el 2019 se disputaría una final única.
Desde entonces, la final se ha jugado en el Estadio Monumental de Lima (2019), el Maracaná de Río de Janeiro (2020), el Centenario de Montevideo (2021) y el Estadio Monumental de Guayaquil (2022).
La última final en Guayaquil entre Flamengo y Athletico Paranense convocó a cerca de 35.000 espectadores, aunque las estimaciones apuntaban a que unas 40.000 asistirían al juego.
En todo caso, la llegada de turistas extranjeros a la ciudad y la actividad propia de la final dejaron ingresos superiores a los US$15 millones, de acuerdo a cálculos de la Cámara de Turismo del Guayas y la Federación Nacional de Cámaras de Turismo.
Los ingresos de la Conmebol y sus torneos
Para la misma Conmebol, la Copa Libertadores representa una de las joyas de la corona futbolera en materia de ingresos.
En su informe de estados financieros con corte al 2022, la Conmebol proyectaba ingresos totales por US$511 millones en el ejercicio 2023.
De este monto, unos US$468,2 millones corresponden a ventas de derechos comerciales de la Libertadores, Sudamericana, la Recopa y otros torneos de desarrollo.
Los principales patrocinadores de la Copa Libertadores incluyen a firmas como Amstel, Sporting Bet, Coca Cola, EA, Crypto, Mastercard, TCL Partners, Powerade, DHL y Absolut.
La entidad indicó que esperaba invertir cerca de US$461,1 millones directamente en actividades relacionadas al fútbol, lo que representa el 92,2% de los recursos de la organización.
Los derechos de televisión, un bien codiciado
Más allá de los estadios, la batalla por la Libertadores pasa principalmente por los derechos de transmisión audiovisual.
Los derechos de la Copa Libertadores no solo se negocian con los canales de televisión, sino también en otros segmentos como el de los videojuegos, con la franquicia de FIFA, de Electronic Arts.
A mediados de este año, la empresa estadounidense de videojuegos y la Conmebol ampliaron la licencia del acuerdo para los torneos Copa Libertadores, Copa Sudamericana y la Recopa en el nuevo título EA Sports FC, tras la rescisión del acuerdo con la FIFA.
Para Jorge Tovar, de la Universidad de los Andes, sin duda, los derechos de televisión son el rubro que más dinero mueve alrededor del fútbol en Latinoamérica.
No obstante, considera que, a diferencia de la UEFA, la Conmebol es más reservada frente a la divulgación de las cifras alrededor de los costos de los derechos de transmisión.
“Para la Copa Libertadores no es tan claro, pero lo están vendiendo a empresas que les garanticen los ingresos. Entonces, con eso es que pagan ellos. En la pandemia, la Conmebol pudo darles dinero a los equipos porque ya tenía unos contratos firmados para que pasaran la crisis y no despidieran jugadores”, apuntó.
En el caso puntual de las ligas, ejemplifica que en Brasil hay un esquema parecido al europeo en temas de derechos de televisión, con cuotas de repartición que beneficia a los mejores equipos. En Colombia, en cambio, las cuotas son equitativas para los 36 clubes en la Primera A y la Categoría Primera B, por lo que estos ingresos, a su juicio, no hacen una gran diferencia.
En mayo del año pasado, la Conmebol informó que el proceso de licitación para los derechos de transmisión audiovisual de sus principales torneos en el período 2023-2026, entre ellos la Libertadores, fue ganado por Paramount (Viacom) y también ESPN (Disney). En Brasil, fue seleccionado el poderoso Grupo Globo.
Pero los procesos de licitación alrededor de los torneos de fútbol más importantes del continente han quedado en la mira de las autoridades en el pasado.
En marzo de este año el exdirector de Fox Sports, Hernán López, fue declarado culpable en EE.UU. por presuntamente realizar pagos a funcionarios de la Conmebol para hacerse con los derechos de transmisión de los principales torneos de la región, incluyendo la Copa Libertadores, pero en septiembre su condena fue anulada por un juez federal.
Las investigaciones se enmarcan en el caso FifaGate, que sacudió los cimientos del principal ente rector del fútbol mundial y desencadenó la suspensión de Joseph Blatter y el jefe de la Uefa, Michel Platini, de cualquier actividad relacionada con el fútbol por 8 años.