Bloomberg — La decisión de Bungie de recortar unos 100 puestos de trabajo de su plantilla de unos 1.200 empleados se produjo tras las terribles advertencias de la dirección a principios de este mes sobre una fuerte caída de la popularidad de su videojuego estrella Destiny 2.
Hace tan sólo dos semanas, los directivos de la empresa desarrolladora de videojuegos, propiedad de Sony, comunicaron a los empleados que los ingresos estaban un 45% por debajo de las previsiones para el año, según personas que asistieron a la reunión.
El CEO Pete Parsons achacó el gran fallo a la escasa retención de jugadores de Destiny 2, que ha tenido una mala acogida desde el lanzamiento de su última expansión, Lightfall.
La próxima expansión, La Forma Final, estaba recibiendo buenos comentarios, aunque no excelentes, y la dirección comunicó a los presentes que planeaban retrasar el lanzamiento de febrero a junio de 2024, según estas personas, que pidieron no ser identificadas porque no estaban autorizadas a hablar públicamente. El tiempo adicional daría a los desarrolladores la oportunidad de mejorar el producto.
Mientras tanto, Parsons informó al personal de que Bungie recortaría gastos, como los de viajes, y congelaría salarios y contrataciones, según las personas. Todos tendrían que trabajar juntos para capear el temporal, dijo, y los empleados se sintieron decididos a hacer lo que fuera necesario para recuperar los ingresos.
Pero el lunes por la mañana las noticias empeoraron: Docenas de empleados se despertaron con misteriosas reuniones de 15 minutos que habían sido anotadas en sus calendarios, y pronto supieron que formaban parte de un despido masivo. Bungie despidió a alrededor del 8% de sus empleados, según la documentación revisada por Bloomberg. Bungie no respondió a las peticiones de comentarios.
Los empleados despedidos recibirán al menos tres meses de indemnización y tres meses de seguro médico COBRA pagado por Bungie, aunque otras prestaciones, como el reembolso de gastos, finalizaron el lunes, lo que obligó a algunos empleados a correr para presentar sus recibos.
Iniciativa amplia de ahorro
Los empleados despedidos también recibirán primas prorrateadas, aunque los que tenían un calendario de adquisición de derechos tras la adquisición de Bungie por Sony Group Corp. en enero de 2022 perderán las acciones que no hayan adquirido a partir del mes que viene.
Los despidos forman parte de una iniciativa más amplia de ahorro de dinero en la unidad PlayStation de Sony, que también ha recortado empleados en estudios como Naughty Dog, Media Molecule y su oficina de San Mateo.
El analista de TD Cowen Doug Creutz escribió en un informe el lunes que “los acontecimientos de los últimos días nos llevan a creer que PlayStation está sufriendo una reestructuración”.
El presidente de PlayStation, Jim Ryan, anunció el mes pasado que piensa dimitir.
Muchos de los despidos en Bungie afectaron a los departamentos de apoyo de la empresa, como la gestión de la comunidad y la publicación. El resto del personal de Bungie fue informado de que algunas de esas áreas serán subcontratadas en el futuro.
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