En un importante movimiento proteccionista, España estudia participar en Telefónica

La declaración se produce casi dos meses después de que Saudi Arabia Telecom anunciara planes de pagar US$2.250 millones por el 9,9% del grupo español

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Bloomberg — España está considerando la posibilidad de proteger a su empresa “más estratégica” de las adquisiciones extranjeras en lo que podría ser el movimiento proteccionista más importante del gobierno en más de una década.

En un anuncio realizado el martes, la firma de participaciones corporativas del gobierno dijo que emprendería un “análisis exploratorio” de una posible adquisición de participaciones en la empresa de telecomunicaciones Telefónica, con sede en Madrid.

La declaración se produjo un día después de que se informara de que España estaba sopesando una participación del 5% en la compañía, y casi dos meses después de que Arabia Saudí Telecom, controlada por el Estado, anunciara planes para comprar el 9,9% de Telefónica.

Si España siguiera adelante con la adquisición, limitaría el poder de Saudi Arabia Telecom dentro de la empresa.

La posible medida supondría un cambio importante para el Gobierno español, que tradicionalmente se ha mostrado reacio a intervenir en el sector privado. Incluso cuando muchos países europeos han tratado de trasladar las cadenas de suministro críticas más cerca de casa y asegurar el control sobre las industrias estratégicas a raíz de la volatilidad relacionada con la pandemia y la invasión rusa de Ucrania, España destaca por no haber bloqueado grandes acuerdos ni participado en rescates corporativos significativos en los últimos años.

Los dirigentes europeos se han mostrado más inquietos por las inversiones chinas en la UE, pero la creciente presencia de dinero de Oriente Medio en el bloque también está empezando a atraer más escrutinio. En los últimos años, los países del Golfo han animado a las empresas estatales a diversificar sus participaciones mediante acuerdos internacionales en sectores como el deporte, la sanidad y las energías renovables.

Aunque España y Arabia Saudí mantienen desde hace tiempo relaciones diplomáticas y comerciales - España es uno de los principales proveedores de armas del Estado del Golfo -, la noticia de la inversión en Saudi Arabia Telecom provocó una reacción violenta en Madrid por parte de políticos de todo el espectro político.

Para ser justos, algunas empresas españolas ya tienen grandes inversores del Golfo. Qatar es el mayor accionista de la eléctrica Iberdrola, y un accionista clave de International Consolidated Airlines Group, matriz de la aerolínea Iberia. Pero Telefónica es diferente.

La compañía “es una de las empresas más, si no la más, estratégicas de España”, declaró a principios de mes la Ministra de Economía, Nadia Calvino, añadiendo que su importancia residía “no sólo en el ámbito de las telecomunicaciones, sino también en las tecnologías relacionadas con la defensa”.

Además de gestionar infraestructuras de telecomunicaciones clave, la empresa también presta servicios de comunicaciones a las fuerzas armadas y de seguridad. A los funcionarios les preocupa que un inversor extranjero controlado por el gobierno pueda acceder a información sensible relacionada con esos servicios en caso de asumir un puesto en el consejo, según una persona familiarizada con sus conversaciones.

Aunque España ha sido tradicionalmente más reacia que otras grandes naciones de la UE a asumir la propiedad de empresas, el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha roto con esta postura. El líder socialista es partidario de una fuerte presencia estatal en sectores industriales clave como defensa, energía y tecnología como forma de estimular la actividad económica, según una persona familiarizada con su forma de pensar. En este sentido, se alinea con la reciente tendencia europea hacia la intervención estatal.

El Gobierno no ha dado detalles sobre lo que podría hacer con una participación en Telefónica o un posible puesto en el consejo de administración. En caso de seguir adelante con la adquisición, se uniría a los prestamistas locales CaixaBank y Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, que poseen alrededor del 8% entre los dos, y la empresa de seguridad Prosegur, que posee alrededor del 0,8%, entre otros inversores.

Mientras tanto, en el Reino Unido, el Gobierno se ha mantenido en gran medida al margen, ya que la empresa de telecomunicaciones controlada por el Estado de los Emiratos Árabes Unidos se convirtió en el mayor accionista de Vodafone Group, la mayor empresa de telecomunicaciones británica por valor de mercado.

La decisión de Madrid de considerar la compra de una participación en Telefónica se ha mantenido en secreto hasta ahora y los ejecutivos de la compañía se mantuvieron en gran medida en la oscuridad, según personas familiarizadas. Y ello a pesar de que el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, mantiene una estrecha relación con Sánchez.

Telefónica tampoco tuvo conocimiento del interés de Saudi Arabia Telecom hasta poco antes de que se anunciara la noticia de la adquisición. Pallete se encontraba de viaje en California cuando recibió una llamada de Olayan Mohammed Al Wetaid, su homólogo saudí, varias horas antes del anuncio, según dos personas familiarizadas con el asunto. En una reunión celebrada en Riad dos días después con el consejero delegado de Saudi Arabia Telecom, Al Wetad, y el presidente, Mohammed Bin Khaled, se aseguró a Pallete que el nuevo inversor sólo estaba interesado en una inversión estratégica a largo plazo y no en una inversión financiera, según una persona familiarizada con el asunto.

La cuestión ahora es si el Gobierno español lo apoyará.

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