Bloomberg — El banco central de Rusia subió las tasas de interés mucho más de lo previsto, alarmado de que los riesgos inflacionarios siguen en aumento, incluso después de una reimposición de los controles de capital quitó presión sobre el rublo.
El viernes, los responsables de la política monetaria subieron el tipo de referencia por cuarta vez consecutiva, del 13% al 15%. Está previsto que la gobernadora Elvira Nabiullina ofrezca una rueda de prensa a las 15h00 horas en Moscú.
La decisión eleva los costes de endeudamiento al nivel más alto desde abril de 2022 y amenaza con sumir a la economía en una recesión. Sin embargo, estabilizar el rublo para controlar mejor la inflación se ha convertido en una prioridad clave para Rusia en un momento en que Vladimir Putin se prepara para las elecciones presidenciales mientras la guerra contra Ucrania se prolonga durante 21 meses.
Es necesario un endurecimiento adicional de la política monetaria “para limitar la desviación al alza de la inflación respecto al objetivo y devolverla al 4% en 2024″, dijo el banco central en un comunicado, sin indicar si su próximo movimiento es más probable que sea una subida en lugar de una bajada.
“Las actuales presiones inflacionistas han aumentado significativamente hasta un nivel superior a las expectativas del Banco de Rusia”, afirmó. El rublo avanzó frente al dólar tras el anuncio de los tipos.
El banco central también publicó previsiones actualizadas que mostraban que la inflación será más rápida de lo previsto inicialmente - terminando este año en una horquilla del 7%-7,5% - y proyecta una trayectoria más alta para los tipos. Las perspectivas también sugieren por primera vez que el crecimiento de los precios podría superar el objetivo el año próximo.
Ciclo más largo
A pesar del mayor repunte de la divisa mundial en el último mes, el banco central está prolongando un ciclo de endurecimiento monetario que comenzó en julio, cuando el ritmo de depreciación del rublo apenas se aceleraba. Posteriormente, el tipo de cambio se debilitó hasta niveles nunca vistos desde las secuelas de la invasión de Ucrania el año pasado.
La decisión adoptada este mes por el Gobierno de imponer restricciones más estrictas a los movimientos de capital, medida a la que inicialmente se opuso el banco central, ha logrado frenar en 2023 la que sigue siendo una de las depreciaciones más pronunciadas de los mercados emergentes.
Pero la medida llegó demasiado tarde para invertir el impulso de una inflación que supera con creces el objetivo oficial del 4%. Y a pesar de su repunte, el rublo sigue habiendo perdido alrededor de una quinta parte de su valor frente al dólar en lo que va de 2023.
“El elevado ritmo de crecimiento de la inflación y del volumen de crédito no puede sino alimentar la preocupación del banco central y su deseo de bajar un poco más la temperatura de las expectativas del mercado”, declaró Sofya Donets, economista de Renaissance Capital.
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