Bogotá — A pesar de que la reforma pensional ha tenido tropiezos en su paso por el Congreso de Colombia, el Gobierno ha mantenido sus posturas en el articulado y por eso hay temas que aún preocupan a los expertos en la materia.
Para Anif, e la implementación de una reforma de pilares es altamente inconveniente, y tal y como la plantea el Gobierno actualmente es un golpe mortal para el mercado de capitales en el país.
A juicio de la entidad, luego de que el Ministerio de Hacienda reconociera que el pasivo pensional aumentará en 42 puntos del PIB con la propuesta de reforma, no solo no se corrigen los problemas estructurales del sistema pensional, sino que reduce la cobertura en el Pilar Contributivo. Entonces, es por ello que desde la asociación se preguntan ¿Cómo es posible que se le diera el aval fiscal a la reforma?
Concluye Anif que aún con los supuestos optimistas del gobierno, el aumento del pasivo es estrepitoso y acentúa los problemas del sistema.
Además, añade que los pilares solidario y semicontributivo que es lo único bueno que tiene la reforma, contemplan programas que ya existen hoy en día (Colombia mayor y BEPS) y que pueden fortalecerse sin necesidad de llevar a cabo la reforma pensional planteada.
Sin embargo, hay sectores menos pesimistas con respecto al contenido de la reforma. Un grupo de académicos y exministros de Gobierno aseguraron recientemente que la reforma tiene elementos muy positivos, como el aumento de la cobertura a casi la totalidad de la población en edad de pensión, la eliminación de los tratamientos inequitativos entre personas con las mismas condiciones y la reducción sustancial de los subsidios en el régimen de prima media.
Dijeron los expertos que es especialmente destacable la creación de un pilar solidario que entregaría un ingreso equivalente a una línea de pobreza extrema, aproximadamente $224.000 pesos mensuales, a todos los adultos mayores que no cumplan los requisitos para una pensión. Este pilar elimina la pobreza extrema en los adultos mayores.
Sin embargo, consideran que la propuesta aprobada en primer debate debe ser ajustada en ciertos elementos, con el fin de garantizar su sostenibilidad y la equidad con futuras generaciones.
Anif advierte que si bien se reconoce que hay avances en cuanto a la rectificación de las estimaciones de la reforma que llevábamos pidiendo desde hace meses, no entendemos cómo, aun cuando el mismo gobierno hace evidente la inconveniencia de la reforma, se siga pensando que es un proyecto que debe llevarse a cabo y, peor aún, que cuente con el respaldo fiscal del Ministerio de Hacienda.
Anif asegura que hay tres principales aspectos que preocupan entorno al proyecto. En primer lugar, con la reforma presentada y según los cálculos del Ministerio de Hacienda, la cobertura del Pilar Contributivo se reduce.
Se estima que un escenario con reforma, a pesar de que para el 2052 aumenta el pasivo en 1.4%, situándose en $113.5 billones, la cobertura no aumenta.
Por el contrario, destaca Anif, disminuye en 7.2% en comparación a un escenario sin reforma, en el cual pasarían de haber 5.3 millones de personas con pensión a 4.9 millones. Con lo anterior, si aumenta el pasivo, pero no la cobertura.
Otro punto preocupa es que, según evidencian los cálculos del Ministerio de Hacienda, las mesadas dentro del Pilar Semicontributivo son menores que las mesadas actuales.
Lo anterior, dado que con la reforma no se le entregan la totalidad de los rendimientos generados a las personas que harían parte de ese pilar y, por el contrario, se van a financiar las mesadas de los que sí logran cumplir con los requisitos, que son las personas de más altos ingresos.
Agrega la entidad que los valores de las mesadas según el número de semanas cotizadas se reducen en promedio 14.2% en comparación al sistema actual.
Además, entre más alcance a contribuir la persona, esta tiene una mayor reducción en su mesada (18.2%). Lo anterior muestra que la reforma no soluciona las problemáticas del sistema actual en términos de equidad. En últimas, se les quita la plata a los cotizantes de menores ingresos, para dárselas a los más ricos.
El otro punto que enciende las alarmas es que si bien el gobierno establece que entre el 2025 y el 2060 el Fondo de Ahorro permitirá cumplir con las obligaciones financieras del sistema, como lo expone el Ministerio de Hacienda, para el 2069 los recursos del Fondo se acaban.
A partir de ese año entrará en un déficit que impactará fuertemente a las generaciones futuras que deberán asumir el costo. Además de esto, no se sabe quién manejará el fondo ni qué tan confiable será su administración. La falta de reglas claras en torno a su gobierno corporativo pone en riesgo que este quede expuesto a modificaciones según el ciclo político. Lo anterior podría generar que no se ahorren la totalidad de las cotizaciones y poner entonces en riesgo las finanzas del sistema.