LatAm puede ser líder mundial de la energía renovable, ¿qué le falta para despuntar?

En energías renovables, inversionistas y desarrolladores buscan la alineación de tres aspectos antes de avanzar en proyectos: un historial macroeconómico responsable, un marco legal integral y necesidades apremiantes de generación de energía

Paneles solares y una turbina eólica en la red eléctrica local, operada por EON SE, en Simris (Suecia).
25 de octubre, 2023 | 01:01 AM

Bloomberg Línea — Latinoamérica puede convertirse en un líder mundial en energías renovables al disparar su capacidad de producir energía solar y eólica, pero los desafíos regulatorios, choques sociales y falta de voluntad política podrían retrasar los planes.

Las principales ventajas de Latinoamérica de cara a la adopción de energías limpias incluyen sus abundantes recursos naturales, la diversificación de fuentes, el fomento de las renovables, un mercado robusto y estabilidad política, proyectos de hidrógeno y la definición de objetivos de carbono neutro, explicó a Bloomberg Línea en Colombia el Consejo Mundial de Energía (WEC, por sus siglas en inglés).

“El aumento constante de la demanda de energía en la región ofrece un mercado sólido para las inversiones en energías renovables. A medida que las economías latinoamericanas crecen, la necesidad de fuentes de energía limpias se vuelve aún más relevante”, indicó el director Ejecutivo del Consejo Mundial de Energía Colombia, Daniel Díaz.

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Asimismo, considera que la colaboración entre los sectores público y privado es común en la región, lo que facilita la financiación de proyectos de energías renovables. Para WEC, las asociaciones público-privadas pueden ayudar a compartir la carga financiera y los riesgos.

La firma de investigación Global Energy Monitor considera que Latinoamérica puede disparar su capacidad de energía solar y eólica si los 319 gigavatios (GW) de los nuevos proyectos potenciales en la región se ponen en marcha, según indicó en un informe divulgado en marzo.

De lograrlo, Latinoamérica podría impulsar su capacidad eólica y solar en más de un 460% para 2030 y con ello cumplir los objetivos regionales de energía renovable neta cero de la Agencia Internacional de Energía (AIE), de acuerdo a un análisis de esa organización no gubernamental.

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Para esa entidad, los cinco principales países de la región en términos de posibles adiciones de capacidad solar y eólica a gran escala son:

  • Brasil (217 GW)
  • Chile (38GW)
  • Colombia (37GW)
  • Perú (10 GW)
  • México (7 GW)

Entre tanto, los cinco principales países en términos de energía solar y eólica a escala de servicio operativo actual son:

  • Brasil (27 GW)
  • México (20 GW)
  • Chile (10GW)
  • Argentina (5GW)
  • Uruguay (2GW)

“Con una capacidad colectiva de más de 57 GW, Brasil, Chile, Colombia y México representan casi el 84 % de los 69 GW existentes de parques solares y eólicos a gran escala que operan actualmente en la región”, señala el reporte.

Se estima que Latinoamérica y el Caribe produce un 60% de su electricidad con fuentes verdes y en 2021 la capacidad de generación de energías renovables superó los 290 gigavatios, lo que significó un crecimiento de más del 67% frente a diez años atrás, según cifras recopiladas por el portal de estadística en línea alemán Statista.

El año pasado, la región recibió US$224.579 millones en Inversión Extranjera Directa (IED) y particularmente “el sector de las energías renovables ha sido uno de los que más inversiones ha atraído en la región y ocupa el tercer lugar en cuanto a los montos anunciados”, según un reporte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Solo en el período comprendido entre 2005-2022 se efectuaron más 800 anuncios de proyectos de IED enfocados energías renovables en la región por un total de US$170.000 millones.

Y Brasil, Chile, México, Panamá y Perú han atraído más del 80% de todos los anuncios de proyectos de inversión en energía renovable. En el mismo período, las empresas de los países de la Unión Europea fueron responsables del 63% de todos los proyectos de IED en energías renovables anunciados en Latinoamérica.

Energías renovables

Por tecnologías, se tiene que las fuentes solar y eólica representaron más del 70% de todas las inversiones en energías renovables entre 2005 y 2002.

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De hecho, la Cepal destaca que entre 2010 y 2021, las inversiones anunciadas en energía limpia han superado las inversiones en energías fósiles.

Guido Patrignani, CEO de la empresa energética Greenwood Energy, explica a Bloomberg Línea que los inversionistas y desarrolladores de iniciativas relacionadas con las energías renovables usualmente buscan la alineación de tres aspectos principales en un país antes de avanzar en proyectos en él, que son tener un historial macroeconómico responsable, un marco legal integral de energías renovables y necesidades apremiantes de generación de energía que se traduzcan en oportunidades convenientes de inversión.

“La presencia de estos tres grandes aspectos es crucial para un adecuado despliegue de capital dedicado al crecimiento del sector de las energías renovables de cualquier país. Del mismo modo, la ausencia de cualquiera de estos aspectos creará inevitablemente barreras a este tipo de inversiones”, afirmó.

En América Latina, dijo que países como Panamá y Colombia están reuniendo actualmente estos tres aspectos, que se sustentan en la necesidad de una rápida diversificación de la matriz energética para mitigar el impacto del cambio climático en su fuerte cuota de capacidad hidroeléctrica.

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Aunque todavía está en una fase incipiente, asegura que República Dominicana también está mostrando un potencial interesante para las energías renovables, ya que “el país está mostrando actualmente una acción política decisiva hacia la descarbonización de su matriz energética, que todavía hoy depende en gran medida de combustibles fósiles importados, como el carbón y el fuelóleo”.

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En visión del CEO y cofundador de la empresa de inversiones sostenibles Unergy, Eduardo Andrés Ospina Serrano, los países más relevantes en cuanto a oportunidad de mercado para la inversión en energía renovable son Brasil, México, Chile, Colombia, México, Perú y Panamá.

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Ospina destaca particularmente que Brasil, Chile y Colombia cuentan con los mercados de energía mejor regulados de Latinoamérica.

En el caso del mercado colombiano resalta el hecho de que este es mixto, “con entidades privadas y públicas que lo hacen eficiente y también tiene toda una cadena de valor que separa la generación, el transporte y la comercialización y la energía”.

En Colombia, resaltó que existen beneficios tributarios como el descuento del 50% del proyecto en renta, depreciación acelerada y deducción de IVA.

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“Ahora, los impuestos asociados a la venta de energía dependen del tamaño y ubicación del proyecto. Una minigranja casi que no tiene impuestos asociados. Y una granja grande de más de 20 MW, ubicada en una zona de alta radiación, paga transferencias del 6% de los ingresos por el Plan Nacional de Desarrollo, cargo por confiabilidad, FAZNI (Fondo de Apoyo Financiero para la Energización de las Zonas No Interconectadas), entre otros”, complementó.

Los desafíos en Latinoamérica: los frenos a la transición energética

LatAm busca ampliar su matriz energética a base de energías renovables.

Desde el Consejo Mundial de Energía indicaron a este medio que Latinoamérica presenta varios retos para consolidar las inversiones en esta campo, que incluyen la financiación de infraestructura de red: “A pesar del avance en la generación de energía renovable, muchos países de la región aún necesitan financiamiento para expandir y mejorar sus redes eléctricas. Esto es crucial para llevar la energía de las fuentes de generación a las áreas de demanda”.

Además, advierten que en la región la inversión en energías renovables puede estar sujeta a fluctuaciones en los precios de las materias primas y tecnología, lo que puede afectar la rentabilidad de los proyectos a largo plazo.

También generan inquitud para el largo plazo las regulaciones cambiantes, lo que crea incertidumbre para los inversores.

“La estabilidad regulatoria es esencial para atraer inversiones a largo plazo”, dijo WEC.

En Colombia, por ejemplo, ha generado preocupación el futuro de los proyectos luego de que en mayo Enel Colombia informara que suspendería indefinidamente la construcción del parque eólico Windpeshi (205 MW) en La Guajira ante las vías de hecho que se presentaron en el departamento y los sobrecostos.

Recientemente, EDF Renewables Colombia también se retiró de su proyecto de energía solar en Girardot (Cundinamarca) por las demoras en permisos ambientales y cambios en las reglas fiscales y del sector.

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En entrevista con Bloomberg Línea, el CEO de la compañía de energía Spectrum, Francisco Sanclemente, advirtió que “lo que ha fallado fundamentalmente en el diseño del plan de transición energética es que existe un desconocimiento del proceso de desarrollo de un parque renovable”.

Desde el sector ven que este desconocimiento ha conducido a “una regulación rígida que añade riesgos e incertidumbres a los proyectos, acompañado de retrasos en las respuestas de las entidades públicas que gestionan los trámites”.

Otro caso en la región incluye a Argentina, en donde el Congreso aprobó entre 2015 y 2019 varias leyes y reglamentos con el objetivo de establecer un panorama atractivo para los proyectos de generación a escala de servicios públicos y distribuida basados en fuentes renovables no convencionales.

“Lamentablemente, la acuciante crisis macroeconómica del país terminó echando por tierra sus objetivos renovables a mediano plazo, dando lugar a varias medidas que frenaron el crecimiento de esta industria. Restricciones de capital, subsidios perpetuos a la energía e impuestos inesperados a los proyectos de energías limpias, por nombrar algunas, son algunas de las barreras existentes hoy en Argentina”, manifestó Guido Patrignani, CEO Greenwood Energy.

En este sentido, comentó que si bien estas medidas que afectan negativamente al desarrollo de las energías renovables en el país podrían resolverse en un plazo relativamente corto, la nación debe primero volver a una forma macroeconómica saludable antes de que estas barreras puedan ser levantadas.

Las oportunidades para Latinoamérica en las energías renovables

Del lado positivo, los inversionistas ven a Latinoamérica como una región consolidada, sin disputas territoriales significativas, integrada por países con Gobiernos democráticos en su mayoría y con profundas relaciones comerciales entrelazadas entre sí, en medio de un contexto adverso en el planeta.

Patrignani opina que “esto crea un entorno atractivo para todo tipo de inversiones, motivadas por la existencia de abundantes recursos naturales sin explotar en todo el continente. En este sentido, los países latinoamericanos presentan una urgente necesidad de ampliar sus infraestructuras para acompañar su crecimiento, de las cuales la energía podría considerarse una de las más estratégicas y críticas”.

“Esto crea una perspectiva prometedora para las inversiones en el espacio de las energías limpias, ya que los rendimientos tienden a ser más atractivos que en las economías desarrolladas, donde el sector de las energías renovables está más maduro y establecido”, ahondó en la entrevista.

Menciona que el avance de los proyectos de energías renovables en América Latina, especialmente los de tipo utilitario, se encuentra con dos retos principales que abordar; uno de escala global y otro más específico para esta región.

El primero tiene que ver con la falta de capacidad de interconexión para conectar las nuevas centrales de generación de energía a la red.

Y el segundo es la aprobación de la licencia medioambiental, que en los casos de proyectos desarrollados cerca de comunidades indígenas puede ser realmente difícil de conseguir, según advierten los empresarios.

Los inversores ven estos factores como las principales causas de los crecientes retrasos e incluso de la cancelación de proyectos en toda la región, lo que en visión de Patrignani “supone importantes pérdidas para los promotores e inversores que habían restado importancia a estos aspectos a la hora de impulsar proyectos en el continente”.

Estas son algunas acciones que podría tomar Latinoamérica para atraer mayores inversiones en energías renovables, según WEC:

· Políticas y regulaciones estables: los Gobiernos deben establecer políticas energéticas sólidas y estables que promuevan la inversión en energías renovables. Esto implica un compromiso a largo plazo con la transición hacia fuentes de energía limpias, independientemente de los cambios de gobierno.

· Marco legal y contractual claro: es fundamental garantizar la seguridad jurídica para los desarrolladores e inversores. Los contratos y acuerdos deben ser transparentes y ofrecer garantías contra cambios unilaterales en las reglas del juego.

· Fortalecimiento institucional: las autoridades energéticas y regulatorias deben fortalecerse para garantizar una supervisión eficaz y el cumplimiento de las políticas energéticas, independiente del gobierno de turno.

· Inversión en infraestructura: los países deben invertir en la expansión y mejora de la infraestructura eléctrica. Esto incluye la actualización de redes eléctricas para acomodar la generación distribuida de energía renovable.

· Simplificación de trámites: simplificar y agilizar los procesos de autorización y conexión a la red para proyectos de energías renovables puede reducir costos y tiempos de implementación.

· Educación y capacitación: promover la educación y la capacitación en energías renovables puede abordar las barreras de recursos humanos y culturales. La formación de profesionales en tecnologías limpias es esencial para el éxito de estos proyectos.

· Incentivos y subsidios: los Gobiernos pueden proporcionar incentivos financieros, como subsidios o exenciones fiscales, para fomentar la inversión en energías renovables y hacer que estas fuentes sean más competitivas en comparación con los combustibles fósiles.

· Promoción de la integración regional: los países de la región pueden trabajar juntos para promover la integración energética regional, lo que podría reducir costos y mejorar la estabilidad de la energía renovable.

· Participación ciudadana y transparencia: involucrar a la comunidad y garantizar la transparencia en la toma de decisiones puede reducir la oposición a proyectos de energías renovables y promover una mayor aceptación.

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