Bloomberg — Los dirigentes de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos se reunieron el viernes en Riad, lo que indica un esfuerzo de los dos pesos pesados regionales por dejar a un lado las diferencias y afrontar la amenaza de que la guerra entre Israel y Hamás se convierta en un conflicto más amplio.
El príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, saludó en el aeropuerto de Riad al presidente de EAU, Mohammed bin Zayed, antes de las conversaciones, su primer encuentro público en más de tres años. El emir de Catar, Tamim bin Hamad, también se encuentra en la capital saudí para asistir a una cumbre económica más amplia entre Estados árabes del Golfo y países del sudeste asiático.
La reunión tiene lugar en medio de una oleada de actividad diplomática de los líderes mundiales para tratar de desescalar la guerra entre Israel y el grupo militante islamista Hamás, que atacó el sur de Israel desde Gaza el 7 de octubre, matando a unas 1.400 personas.
Israel ha respondido con un asedio total de Gaza, controlada por Hamás, y cientos de ataques aéreos, prometiendo destruir al grupo. Alrededor de 4.000 personas han muerto en el asalto a este enclave densamente poblado, según el Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos.
Estados Unidos y la Unión Europea consideran a Hamás un grupo terrorista.
Se espera que a continuación se produzca una invasión terrestre de Gaza, lo que probablemente desencadenará una reacción pública en todo Oriente Próximo y el Norte de África y aumentará la presión sobre los Estados árabes que han establecido acuerdos diplomáticos formales con Israel en los últimos años, incluidos los EAU.
Arabia Saudita, EAU, Turquía y otros países de Oriente Medio han criticado el bombardeo de Gaza por Israel y le han advertido contra un ataque terrestre.
“Afirmamos nuestro rechazo categórico a atacar a civiles de cualquier forma y bajo cualquier pretexto”, dijo el príncipe heredero saudí en su discurso de apertura. Habló de “la importancia de adherirse al derecho internacional humanitario y detener las operaciones militares contra civiles e infraestructuras.”
Irán y sus fuerzas indirectas en Líbano, Irak y Yemen han advertido de que podrían tomar represalias contra Israel y su principal patrocinador (EE.UU.) si entra en Gaza. Hezbolá, en Líbano, que dispone de un enorme arsenal de misiles y cohetes, ya ha intercambiado disparos con el ejército israelí varias veces desde el 7 de octubre.
El Pentágono declaró el jueves que uno de sus destructores, el USS Carney, interceptó tres misiles de crucero y varios drones lanzados por los rebeldes Houthi en Yemen. Afirmó que los misiles se dirigían hacia el norte, sobre el Mar Rojo y en dirección a Israel, pero que Estados Unidos “seguía evaluando” el objetivo.
Arabia Saudí y EAU mantienen profundos lazos económicos, empresariales y culturales, y son socios clave en el cártel petrolero OPEP+. Sin embargo, los lazos entre el príncipe heredero, conocido como MBS, y el jeque Mohammed de EAU, ampliamente conocido como MBZ, se han resentido por los desacuerdos sobre su implicación en la guerra civil de Yemen y sobre cómo hacer frente a la agresión iraní en la región.
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