Bloomberg — Las enormes ventas de los bonos del Tesoro se complican por el deterioro real de la capacidad adquisitiva de los dólares en los que están emitidos.
Los valores del Tesoro estadounidense están sufriendo su peor descenso desde al menos un quinquenio: el índice Bloomberg del Tesoro ha caído más de un 17% desde su máximo.
En un primer vistazo, el descenso parece menor si lo comparamos con el de otros activos fundamentales. No obstante, cuando se trata de deuda del Tesoro con vencimientos más largos, y tomando como referencia el ETF iShares de bonos del Tesoro a más de 20 años con el símbolo TLT, el descenso máximo se aproxima al 50%. Este porcentaje sigue siendo inferior al del oro, el Nikkei, el Bitcoin o el S&P 500, pero resulta excesivo para un activo que supuestamente está “libre de riesgo”.
Pero estamos nuevamente en un mundo inflacionista, de modo que lo que más interesa son los valores reales. Empleando el IPC general de Estados Unidos indexado a 100 en 1990, elaboramos índices reales para cada activo. Aplicar el IPC estadounidense a todos ellos implica que podremos comparar valores semejantes. Si nos fijamos ahora en las pérdidas máximas, tenemos una imagen diferente. No es ya el S&P 500 el que registra la mayor (en la Gran Depresión), sino el dólar.
El dólar ha experimentado una caída máxima del 91%, que ocurrió en la década de 1970. El dólar cayó en términos nominales, pero la inflación aumentó marcadamente a lo largo de la década, lo que significa que el valor real del dólar fue destripado, valiendo sólo una décima parte de su poder adquisitivo a finales de los años 70 frente a lo que valía al principio. El cierre de la ventana del oro en 1971, el embargo petrolero árabe en 1973 y la revolución iraní en 1979 contribuyeron a su declive.
La caída del valor real del dólar cuando la inflación es elevada es una patada adicional en las espinillas para quienes poseen bonos del Tesoro: lo que se les devuelve también está perdiendo valor en términos reales. Desde finales de 2019, el dólar ha bajado ~9% en términos reales, lo que agrava la pérdida total del 11% en los bonos del Tesoro durante el mismo período.
Como lo demostró la década de 1970, el valor real del dólar está gravemente expuesto a una inflación elevada, lo que añade un dolor de cabeza a quienes ya sufren pérdidas en sus posiciones en el Tesoro.
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